Las montañas Nuba se encuentran en el sur de Kordofán, cerca de la ciudad de Kadugli y en el centro de Sudán. Su situación ha hecho que se convierta en una zona fronteriza entre el norte y el sur del país y, por lo tanto, en una zona caliente del larguísimo conflicto civil que se vive en Sudán. Como sabemos, este 9 de julio Sudán del Sur será proclamado un país independiente del Norte para que sea constructor de su propia historia y sueños. Las montañas nuba como ya se dijo, están en una zona limítrofe y eso hace que el norte esté interviniendo con violencia sobre el pueblo Nuba.
Gidel es un poblado situado en las Montañas Nuba, y las Misioneras Combonianas nos encontramos allá desde el 2003 realizando actividades de pastoral, educación, salud, y comunicación por la Radio. Hace dos meses la Madre General de nuestro Instituto Misionero visitó la zona y he aquí lo que expresa hoy al saber de los bombardeos y violencia que la población está sufriendo actualmente:
"Entro en la capilla y contemplo la imagen de Cristo con el Corazón Traspasado y delante de mí veo nuevamente los rostros y los ojos vivaces de los niños, de las chicas y chicos, de la bella gente de Gidel, en los Montes Nuba (Sudán). Hermanas y hermanos que he encontrado hace apenas dos meses y que hoy están llenos de terror y de lágrimas porque la paz insegura e indefensa ha sido crucificada y sus ojos se cierran bajo el influjo y miedo de las bombas.
Hemos recibido algunas fotos del hospital de Gidel que nos hacen temblar al mirarlas: brazos y manos amputados, profundas heridas en los cuerpos, quemaduras...Sobre estas hermanas y hermanos crucificados hoy se "mantienen fijos" los ojos de nuestras hermanas combonianas y del médico laico que allá se encuentran para curar a los heridos, vendarlos, lavarlos, tratando de aliviar sus dolores. Sobre el pueblo de Gidel no están los reflectores del mass media internacional porque está perdido en las montañas o quizá porque este pueblo no interesa tanto a los poderosos. Los testigos de esta tragedia, como hace dos mil años en el Calvario, son sólo algunas mujeres y hombres que permanecen ahí, cercanos al pueblo que ya de décadas sufre a causa de la guerra..."
Hay tantos rincones en el mundo que lloran por la paz, y Gidel es hoy uno de ellos. No podemos quedarnos indiferentes ante lo que esta gente está viviendo. Los pobres claman por justicia y paz, escuchémos sus gritos.
Lo hemos leido en la página de las combonianas de América
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