domingo, 30 de octubre de 2011

Que Dios esté a gusto



Vamos a ver si es cierto que le amamos,
vamos a mirarnos por dentro un poco.

¡Hay cosas colgadas que a él le lastiman 
freguemos el suelo y abramos las puertas!

Borremos los nombres de la lista negra, 
pongamos a los enemigos encima de la cómoda, 
invitémosles a sopa. 

 Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos. 
Que Dios se encuentre a gusto si baja. 

 Gloria Fuertes

Noviciado misionero



El día 14 de septiembre, en Milán (Italia), comenzaron su andadura del noviciado con las misioneras combonianas, Anna y Loreta. Hasta hace bien poco estaban en Granada realizando su primera etapa de formación, el postulantado, y ahora desde Milán han querido compartir con nosotros lo que hacen y como se sienten. Les damos la palabra: 


 Hemos comenzado el curso y también con las actividades. Estamos con las clases de italiano para los inmigrantes y la catequesis con niños y jóvenes. El 3 de noviembre empezaremos con las bendiciones de las casas con los laicos del barrio… (una actividad que al menos aquí es muy común) ¡¡¡Quién sabe si nos dejan entrar!!!! La gente del barrio es muy acogedora y ya nos sentimos como en casa si bien todavía tenemos que conocer mucho mas de ellos, pero hemos entendido que también aquí estamos llamadas a la misión.

 El pasado fin de semana, con ocasión del Domund, hemos animado las misas dando nuestro testimonio misionero. Ha sido una ocasión para que la gente nos conociera y también para acercarnos a ella. 

En las fotos que os mandamos, estamos las dos el dia de la entrada al noviciado y como podéis ver en nuestras caras estamos felices de empezar este nuevo camino al seguimiento de Cristo siguiendo las huellas de nuestro querido Comboni. 

 Un beso de  Loreta y Anna



viernes, 28 de octubre de 2011

Te daré un corazón nuevo





Querido Dios (dos puntos)

Este verano, cuando estuvimos a solas, me dijiste que me darías un corazón nuevo. El mío seguía arrugado y agarrado a un pasado que nunca existió y yo quería cambiártelo. Creía que en el trato yo daba mucho y recibiría a cambio un corazón grande, ingente. Pero yo no veía que nada de eso ocurriese. 

Este verano, cuando estuvimos a solas, mi corazón creía saber todo el futuro y eso lo hacía estar tan, tan asustado. Muerto de miedo. Cansado de querer ser otro: mejor, más grande, más fuerte, más capaz de amar bien y de no volver a decepcionar a nadie.

Y cuando llegó toda la gente del universo, yo quería seguir teniendo a rabiar un corazón mejor, más grande, más fuerte, más capaz de amar bien y de no volver a decepcionar a nadie. E hice todo lo que tenía que hacer, escondiendo el que tenía (del tamaño de una canica, para aquel entonces) para que nadie viera que, en realidad, yo era una farsa dentro de aquella fiesta.

Este otoño no sé muy bien de qué tamaño es mi corazón, ni para qué sirve. No sé dónde voy a colocarlo, ni a quiénes quiere que invite a jugar a las canicas con él. Y ya cuento con que decepcionaré a otros. Sólo te pido que, al menos, no se te olvide encenderlo y que pueda seguir deseando. No te pido que cumplas la promesa de darme uno nuevo, me conformo con que le pongas tiritas a éste y siga funcionando. Para dar a otros, para luchar, para no rendirme, para sanar, para hacer reír, para abrazar, para poner locura, para besar, para acompañar, para hacer silencio. 

Para amar.

Tu criatura, que te quiere como puede

Beatriz


jueves, 27 de octubre de 2011

Tolerancia no es libertad religiosa



Lo hemos leído en el Bloc de Cristianisme í Justícia

Las protestas pacíficas de los cristianos egipcios acabaron, la semana pasada, con una violenta represión de la policía. La primavera árabe no llegará a florecer si no es capaz de integrar a los cristianos. La euforia vivida en la plaza Tahrir durante los días de la caída de Mubarak, donde cristianos y musulmanes reivindicaban juntos un nuevo Egipto se está transformando en desilusión para los primeros. 

 Ciertamente, un país no cambia de mentalidad de un día para otro, sobre todo, cuando, en el caso de la discriminación de los cristianos, no se trata simplemente de una cuestión de políticas de gobierno sino de mentalidad de la calle. El islam que se predica en las mezquitas defiende la tolerancia religiosa pero no la libertad religiosa. Es preciso hacer la distinción entre estos dos conceptos. La tolerancia significa que los cristianos tienen derecho a practicar su religión incluso abiertamente, a no ser obligados a convertirse al islam y a enseñar su religión a sus hijos. En cuestiones matrimoniales, de herencia y de funerales, se pueden guiar por un Estatuto Personal propio y no por la Ley islámica. Igualmente, se les permite comer cerdo y beber vino. Por esta tolerancia, el islam tradicional egipcio se presenta como moderado frente a los islamistas radicales. 

Sin embargo, esto no es una verdadera libertad religiosa, puesto que no ningún musulmán es libre para convertirse en cristiano, una musulmana no es libre para casarse con un cristiano, si un cristiano se convierte al islam sus hijos menores de 18 automáticamente se convierten en musulmanes por ley aunque no quieran… Técnicamente, no es correcto hablar de persecución de cristianos pero sí de clara discriminación. 

El artículo 2 de la Constitución declara que el islam es la religión del Estado y que la Sharía es es la fuente principal de legislación. El artículo 46 sobre la libertad de la práctica religiosa es interpretado normalmente en subordinación a este artículo segundo. Como una prolongación de las protestas anti-mubarak, los cristianos protestan ahora por su situación para no quedar excluidos del renacimiento árabe. Por esto, organizaron la semana pasada una manifestación pacífica. Pedían la supresión del artículo segundo de la constitución, la libertad para construir iglesias y que la religión no fuese mencionada en el carné de identidad, puesto que, al hacerse pública, los cristianos son rechazados para ocupar los lugares de responsabilidad en el país. 

Personalmente, conozco muy de cerca la necesidad de sobornar a alcaldes y a gobernadores para obtener el permiso no sólo de construir iglesias, sino de hacer la más mínima reforma en ellas. El presidente fue expulsado, pero la estructura del Estado continúa en las mismas manos. Estos no quieren perder el poder, y buscan de nuevo la confrontación religiosa para mantenerlo. Los egipcios estaban hartos de Mubarak, y los cristianos continúan estándolo de la discriminación.

miércoles, 26 de octubre de 2011

La misión puede ser tu camino

¡Hola a todos y todas! 

Octubre es el mes misionero y como tal tenemos la suerte de escuchar hablar de la misión y de las necesidades de nuestros hermanos y hermanas del Sur en nuestras parroquias y en nuestro entorno, al menos este domingo del DOMUND vuelven a estar muy presentes tantos misioneros que están dando su vida en otras tierras. 

Como cada año nosotros hemos empezado con fuerza el curso, con ilusión y ganas de crecer. Queremos aprovechar este momento para invitarte a unirte a nosotros. Si sientes un hormigueo cada vez que se habla de otros países más desfavorecidos, si algo se mueve dentro al pensar en la misión, no le des la espalda a este sentimiento. Te invitamos a participar en un proceso de discernimiento en grupo, con otra gente como tú que también se plantea su vida en clave de misión. Ahora es un buen momento para entrar, tenemos un grupo de gente que se ha acercado a comenzar el proceso este año y podemos completar el grupo contigo. 

Camina en grupo y descubre si tu camino es el de la misión, en oración, reflexionando, debatiendo, formándote, etc. 

Si estás interesado/a no dudes en escribirnos a laicosmisioneoroscombonianos@gmail, a laicoscombonianos@gmail.com, o llámanos al 942575037 y te pondremos en contacto con el grupo más cercano a tu ciudad. 

No esperes más, si te lo estás preguntando… ¡busca la respuesta!

La guerra de Emma



A través de El Confidencial


El aspecto externo de este libro, con sus tonos deslucidos, sus grecas y motivos estudiadamente retro junto a la fotografía de la portada no pueden despistar más respecto a su contenido. ¿Tal vez una novela romántica y de aventuras? ¡Pues no! Nos encontramos ante una obra muy potente, un ensayo sobre el devenir de la historia de Sudán en los últimos siglos y más particularmente desde su independencia del imperio británico. Y junto a Sudán, la de sus vecinos sin la que esta sería incomprensible, Egipto y Kenia, pero sobre todo Etiopía y Somalia. 

 El hilo conductor de la obra es la vida de Emma McCune, una joven aventurera inglesa que obsesionada con África, no cejó hasta obtener empleo en una ONG que trabajaba en territorio sudanés, trasladándose allí. Dedicó su mayor empeño a la reconstrucción y avituallamiento de las escuelas del sureste de Sudán que, inmerso en una interminable guerra civil, había dado al traste con todas ellas. Pero aunque su vida es singular, el tema central es la historia del país, desde el comienzo del próspero negocio de la esclavitud desarrollado por los árabes, hasta ese enfrentamiento entre el norte, de mayoría árabe musulmana con gobiernos cada vez más radicales, de donde partió la Yihad universal, impulsada por Bin Laden entre otros, y el sur disgregado en infinitas etnias, tribus, familias, cada una con territorios acotados y defendidos con los dientes, de tradiciones cristianas y animistas. 

Y el tema clave, la existencia de yacimientos petrolíferos en el sur, ambicionados por el gobierno de Jartum, que no ha dudado en expulsar y asesinar a las tribus lugareñas y en armar a diferentes facciones rebeldes del sur para que luchasen entre ellas. Esta estrategia del gobierno central ha resultado de una eficacia impecable. Las dos grandes facciones en que se dividió el EPLS (Ejército popular de liberación de Sudán) han luchado entre sí durante 22 años, mientras dejaban el campo libre al gobierno para apoderarse de los territorios petrolíferos y obligar a la población a desplazamientos terribles que acababan con frecuencia en la muerte. Y someter además a esos territorios a la ley islámica, armando a unas aldeas contra otras, masacrando, arrasando e incendiando cualquier indicio de vida que encontraban a su paso. 

 Pero hay más, mucho más: la impresionante reflexión, que sobre la cooperación humanitaria y sobre la intervención exterior en áreas en conflicto, provoca inevitablemente en el lector la exposición de los hechos. La actualidad y la urgencia de encontrar cauces apropiados para ambas no puede ser más imperiosa. Hace poco las noticias nos alegraban con la cifra de 29.000 niños muertos en Somalia en los últimos tres meses, con cientos de muertos en Siria por la represión policial a las protestas contra el gobierno, con el secuestro de cooperantes y embarcaciones. 

 No creo que la intención de la autora sea la de transmitir un escepticismo que conduzca a la inhibición absoluta en la escena internacional, pero sí una mayor reflexión, conocimiento y valoración de las personas afectadas y sus necesidades. La compleja red de intereses, conflictos, venganzas, soberbias y envidias que se ocultan tras las encendidas proclamas de democracia y libertad de los poderosos para hacer lo que les venga en gana, al final -y siempre- tiene una gran víctima, la población civil, especialmente las mujeres, ancianos y niños. 

 ¿Cómo nos podemos lucrar en el mundo occidental con la industria armamentística? ¿Acaso no sabemos en qué manos acaba y para qué la utilizan? Esta es la sangrienta y cotidiana historia de tantos países africanos, desangrados por las periódicas sequías y epidemias, pero sobre todo por tiranos implacables, que azuzados a menudo por el marxismo y el islamismo más extremo siguen sometiendo a sus poblaciones al expolio, éxodo y genocidio, pensemos en Ruanda, Liberia, Etiopía, Sudán, Congo, etc. 

 La lectura de esta obra puede encender pasiones, ojalá su fuego sea duradero y cada uno de nosotros contribuya con todos los medios a su alcance a cercenar el terrible poder que el mal tiene sobre el mundo.

martes, 25 de octubre de 2011

Quiero seguir caminando



El 10 de octubre, día de san Daniel Comboni, Giusi empezó su segundo año de postulantado. Así lo vivió y así quiere compartirlo con nosotros :)

Fiesta grande para la Familia Comboniana, y para mí, este año, tiene un sentido diferente. Me invita a comprometerme aún más y a decir de nuevo SÍ, a contar mí deseo de continuar el camino de postulantado con las Misioneras Combonianas.

Hay momentos en la vida en los cuales parece que la luz y el calor que iluminaban tu vida estuviesen escondidos en un lugar recóndito jugando “al escondite”, listos para ser buscados y empezar el juego otra vez.

Hoy me viene en ayuda Comboni que, con sus palabras y su existir, me enciende una pequeña linternita en mi camino para que pueda seguir el sendero. Un hombre que, con su audacia, valentía y gran confianza en Dios, ha sabido ir adelante a pesar de todas las incomprensiones, las dificultades y los sufrimientos.

Junto a nuestra madre general, sor Luzia Premoli, que nos invitaba a seguir siempre adelante como Comboni, cada uno con su paso, pero sin pararse en el camino hasta el último respiro, estoy decidida a seguir cargada del equipaje adquirido en el primer año de formación y lista para seguir llenándolo con este segundo año.

Y digo:

Señor acepta mi corazón y mis manos
Para que sean tu instrumento de amor
Brazos abiertos para acoger a los más pobres
Desde siempre es mi deseo vivir contigo,
Vivir como Tú. Dame Tu mano,
Para que yo ande, donde andas Tú
Para que yo quiera como quieres Tú
A pesar de mi contradicciones y falsedades
Con ojos nuevos…Tus ojos de CON-PASIÓN

Giusi

viernes, 21 de octubre de 2011

Adoracion




"Quedarme ahí, SER esto, adoración simplemente, calladamente, sin canto, sin palabra, sin gozo en los sentidos." 

Cristina Kaufmann, OCD 

 ¿Por qué estas frases de Cristina me llegan tan hondo como haciendo eco en el corazón? 

 Algo tan simple, tan parecido a no hacer nada, y sin embargo es adoración, es dejarse hacer. 

 Sin nada que distraiga, ni canto, ni palabra, ni gozo sentido, sino sólo ser adoración de Quién te espera.

 También sin palabras, sin música, con un inmenso amor de Padre que quiere compartir Su vida contigo, darte paz y felicidad porque es todo Amor. 

 Ana María Gallart, rscj

Para una amiga, que acaba  de empezar a "compartir" su vida...

Mi mitad del sandwich

jueves, 20 de octubre de 2011

Sólo quien ama



Amar...pero, ¿quién ama?
Volar...pero, ¿quién vuela?
Pero, ¿quién ama?
Pero, ¿quién vuela?
Sólo quien ama, vuela.

Miguel Hernández


Ni guapos, ni ricos



No son guapos, ni ricos, ni juegan bien al fútbol pero en muchos casos sí son cristianos... Desde luego podrían dar lecciones de humildad a más de uno. Y posiblemente de alguna cosa más. Estas personas nos muestran cada día que en cada uno de nosotros conviven capacidades y discapacidades, y que a pesar de las limitaciones, los seres humanos buscamos lo mismo: que no nos silben. Quizás también que nos apoyen para conseguir las metas que nos propongamos, sean grandes o pequeñas. 

Muchas personas con discapacidades, visibles y reconocidas, nos sacan de los patrones y estándares de belleza que una y otra vez tratan de imponernos la sociedad de consumo y de la imagen en la que vivimos. Es algo que percibo diariamente, ya que tengo la suerte de trabajar con personas con discapacidad intelectual. A estas personas también les gusta ponerse guapos y guapas, estrenar ropa, ir bien vestidas y, sobre todo, agradecen con alegría que se lo digan. Como a todo el mundo. Sin embargo, aceptan con sencillez los piropos y no generan envidias, tal vez porque no buscan la admiración del entorno. 

 En algunos casos forman parte de familias con buena posición económica, pero la mayoría viven con lo justo. Reciben una mínima pensión y es mucho más difícil que accedan a un empleo, al trabajo remunerado. Muchos no manejan el dinero; para Carlos, por ejemplo, lo máximo que puede costar un ordenador o un coche son diez euros. Es difícil así hacerse una idea de la crisis económica global (yo confieso que tampoco la entiendo muy bien) pero sí saben que las cosas cuestan y que no se puede derrochar (sobre todo los botes de pegamento del taller).

 El Papa Benedicto XVI los ha elegido para ponerlos en un lugar preferente en su reciente visita a España con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud. A algunos les ha sorprendido, pero hay una razón bastante lógica: la Iglesia, las iglesias, son de los pocos lugares donde hoy por hoy no se les expulsa aunque no sean guapos, ni ricos, ni jueguen bien al fútbol. En la medida en que trabajemos para lograr una sociedad algo más integradora y diversa, donde se valoren las capacidades de todas las personas y nos prestemos unos a otros los apoyos que necesitamos, descubriremos que no hace falta ser guapo, ni rico para ser Cristiano.

Lo hemos leído en la nueva edición de PastoralSj

jueves, 13 de octubre de 2011

Instantáneo


En la oración



Estas últimas semanas me ha costado sentarme delante del ordenador y compartir con vosotros qué se me pasaba por la cabeza y por el corazón. Han sido días muy intensos, en una mezcla de actividad frenética con ratos en los que literalmente no había otra cosa que hacer que estar tumbada en la playa. Días en los que he hecho decisiones trascendentales. Días en los que abiertamente me he preguntado en qué se sustenta mi fe y dónde estaba Dios. Días en los que casi no había tiempo para pensar o lamentarse, sino para seguir hacia delante.

Y durante todas estas semanas, sin embargo, he sentido algo que jamás antes había experimentado: realmente, la oración de los demás me ha sostenido. Había agobios, prisas, nervios, malos sueños...pero a la vez, la sensación de estar segura. Mensajes, e-mails, promesas de agosto, conversaciones por teléfono o por cualquier medio imaginable a través de las cuales mucha gente me recordaba "Estoy pidiendo por ti" o aquel mágico "Estamos juntos en Dios" y que convertí en oración interminable hasta quedarme dormida.

Gracias a todos los que desde lejos me tuvisteis en vuestra oración. Creo que no os podéis imaginar lo que ha significado para mí y lo que ha abierto mis ojos a Dios...

domingo, 9 de octubre de 2011

San Daniel Comboni



Hoy, día 10 de octubre, es un día especial para la familia comboniana: celebramos el día de san Daniel Comboni, nuestro fundador. Éste es un pequeño homenaje a su vida y a su obra, para compartir con vosotros el origen del carisma que nos impulsa a llevar la Buena Noticia a todos los rincones de la tierra, especialmente a aquellos más olvidados.

Hijo de campesinos pobres, llegó a ser el primer Obispo de Africa Central y uno de los más grandes misioneros de la historia de la Iglesia. La vida de Comboni nos muestra que, cuando Dios interviene y encuentra una persona generosa y disponible, se realizan grandes cosas. 

 Daniel Comboni nace en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el 15 de marzo de 1831, en una familia de campesinos al servicio de un rico señor de la zona. Su padre Luigi y su madre Domenica se sienten muy unidos a Daniel, que es el cuarto de ocho hijos, muertos casi todos ellos en edad temprana. Ellos tres forman una familia unida, de fe profunda y rica de valores humanos, pero pobre de medios materiales. La pobreza de la familia empuja a Daniel a dejar el pueblo para ir a la escuela a Verona, en el Instituto fundado por el sacerdote don Nicola Mazza para jóvenes prometedores pero sin recursos. 

En 1854, Daniel Comboni es ordenado sacerdote y tres años después parte para la misión de Africa junto a otros cinco misioneros del Istituto Mazza, con la bendición de su madre Domenica que llega a decir: «Vete, Daniel, y que el Señor te bendiga». Después de cuatro meses de viaje, el grupo de misioneros del que forma parte Comboni llega a Jartum, la capital de Sudán. El impacto con la realidad Africana es muy fuerte. Daniel se da cuenta en seguida de las dificultades que la nueva misión comporta. Cuando regresa a Italia, el recuerdo de Africa y de sus gentes empujan a Comboni a preparar una nueva estrategia misionera. En 1864, recogido en oración sobre la tumba de San Pedro en Roma, Daniel tiene una fulgurante intuición que lo lleva a elaborar su famoso «Plan para la regeneración de Africa», un proyecto misionero que puede resumirse en la expresión «Salvar Africa por medio de Africa», fruto de su ilimitada confianza en las capacidades humanas y religiosas de los pueblos africanos. 

 En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera. Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas. 

 En 1880 Comboni vuelve a Africa por octava y última vez, para estar al lado de sus misioneros y misioneras, con el entusiasmo de siempre y decidido a continuar la lucha contra la esclavitud y a consolidar la actividad misionera. Un año más tarde, Comboni cae enfermo. El 10 de octubre de 1881, a los 50 años de edad, marcado por la cruz que nunca lo ha abandonado «como fiel y amada esposa», muere en Jartum, en medio de su gente, consciente de que su obra misionera no morirá. «Yo muero –exclama– pero mi obra, no morirá». 

 Comboni acertó. Su obra no ha muerto. Como todas las grandes realidades que « nacen al pie de la cruz », sigue viva gracias al don que de la propia vida han hecho y hacen tantos hombres y mujeres que han querido seguir a Comboni por el camino difícil y fascinante de la misión entre los pueblos más pobres en la fe y más abandonados de la solidaridad de los hombres.

sábado, 8 de octubre de 2011

La otra cara de Dubai




Dubai. Cuando se oye el nombre  de Dubai, lo primero que se nos viene a la cabeza son  los edificios grandes y lujosos, los hoteles de cinco estrellas (¡o siete!) que se ve en los anuncios: Burj Dubai (la torre más alta del mundo!), Jumeirah Burj, Burj Al Arab ... ¡sólo por nombrar unos pocos! 

En esta sociedad "todo habla de la grandeza, la pompa, la competitividad," y lo "que cuenta"  es sólo la apariencia. El 80% de la población de Dubai está formado principalmente por inmigrantes procedentes de países asiáticos: India, Filipinas, Pakistán, Bangladesh, Nepal ... Ellos vinieron en busca de trabajo para apoyar a las familias en casa. Para algunos inmigrantes, Dubai era como un espejismo, un sueño largamente esperado, pero a menudo este espejismo se desvanece como una pompa de jabón. 

Vinieron a trabajar atraídos por las promesas de los empresarios que, en el momento del contrato, retuvieron sus pasaportes, lo que evita un posible retorno. La crisis económica mundial también ha afectado a esta gran metrópoli y las empresas se han cerrado por falta de trabajo y la financiación. Como resultado, muchos se encontraron sin trabajo, sin dinero y, en particular, sin pasaporte u otro documento legal, y por lo tanto no pueden regresar a sus países de origen. El que tiene la suerte de tener todavía puestos de trabajo, está mal pagado, con salarios mínimos (de 400 Dirahms a 800 - 1 euro equivale a poco más que a 5 Dirahms). Hay quien, mientras trabaja hace meses que no recibe su cheque de pago. Mirando a su alrededor por las calles de Dubai, donde muchos edificios están incompletos debido a la crisis económica mundial que ha afectado gravemente al campo de la construcción del emirato, y donde los que trabajan bajo un sol abrasador (sin duda, inmigrantes) yo me preguntaba:" ¿Quiénes son estos trabajadores? ¿De dónde vienen? Y especialmente, ¿dónde y cómo viven aquí en Dubai?  No hace falta mucho tiempo para descubrir la verdad, y es una verdad muy triste. 

En los Emiratos de Dubai,y muy cerca, hay muchos "campos de trabajo", donde la mayoría de estos inmigrantes viven en condiciones realmente inhumanas. Una veintena de personas viven hacinadas en una habitación pequeña, con sólo tres camas literas, otros tienen que encontrar un lugar y dormir en el suelo. En algunos "Camps" los inmigrantes también deben pagar la renta mensual de 3.000 Dirahms, dividido por el número de personas que viven allí y es claro que los salarios son también obligados a ahorrar en la comida. Los que no reciben un salario se basa en la bondad, la generosidad y la solidaridad de la OMS y otros más afortunados. 

Ellos no tienen ningún derecho humano, están separados de la sociedad, viven en condiciones deplorables, y su único deseo es regresar a sus países de origen.  Desafortunadamente, incluso  sus respectivas embajadas no son de mucha ayuda. Sus compatriotas con necesidades son demasiados. El "samaritano" Grupo de la Parroquia de Santa María en Dubai, recientemente lanzó un llamamiento a todos los feligreses desafiando su generosidad, enumera una serie de productos de alimentos para satisfacer las primeras necesidades de los que viven en los campos de trabajo, una generosidad  que va más allá de nuestras expectativas y nos permitió implementar con más"de 500 bolsas de comida a los inmigrantes que residan en uno de estos "campos de trabajo". Pero muchos otros se quedaron en la cola, a la espera de recibir algo de ese día que, por desgracia, no llegó. 



Todos los viernes, con algunos voluntarios, voy a uno de estos" campos ". Ya he visitado varios en los que podía ver y tocar la dura y triste realidad de estos inmigrantes. Y estos son algunos ejemplos.Varios empresarios han cerrado sus empresa de Dubai y se fueron llevándose con ellos su pasaporte: los trabajadores de Nepal se han quedado sin trabajo, sin documentos legales, y sin un hogar. Para dormir en los parques y la comida tiene que depender de la caridad de la gente. María ha trabajado en Dubai desde hace dos años. Su Visa expiró el año pasado. Le gustaría regresar a su país de origen, pero no  puede "darse el lujo" porque no tiene dinero para el pasaje aéreo. Ramesh, atrapado aquí en Dubai porque no el empresario  le debe 9.000 Dirahms. Sin dinero, Ramesh no tiene ninguna posibilidad de retornar a la India. Él también debe confiarse a organizaciones no lucrativas que reciben por lo menos una comida al día. Shankar, un carpintero que perdió su trabajo porque la empresa donde trabajaba cerró y no pudo pagarle. Sus jefes no le han vuelto nunca a su pasaporte, ni lo mucho que le debían. Satnam trabajaba como vigilante de una empresa. Después de 11 meses de trabajo sin sueldo fue despedido. Su pasaporte está "misteriosamente" perdido. Él también se une a la larga lista de aquellos que reciben las comidas de los voluntarios. La lista de los que está en necesidad extrema se extiende. 

¿Quién hubiera pensado encontrar estas realidades dolorosas aquí, en Dubai? Una triste verdad oculta a los ojos de la gente.

Sr. Agnese Elli

domingo, 2 de octubre de 2011

15.000 km en misión



Con alegría comparto con vosotras mi experiencia del Dios de la Vida y de la Misión.

Soy sor Dina Ramos de Siqueira, misionera comboniana originaria de Salesòpolis, estado de S. Pablo (Brasil). Tenía seis años cuando mi familia se trasladó a César de Sousa, siempre en el estado de S. Pablo, y tuve la gracia de crecer en el ambiente misionero de la parroquia de S. Pedro Apóstol, dirigida por las Hermanas del Espíritu Santo.

Dios llama donde quiere y como quiere

En el 1990 los padres combonianos fueron invitados a mi parroquia, para animar la novena de la fiesta del S. Patrón y para “ayudar a las misiones”. Ellos divulgaron la revista misionera Sin Fronteras. Leyendo el testimonio de la entrega de los misioneros y misioneras, sentí que Dios me llamaba también a mí a ser misionera sin fronteras.

Mi primera destinación fuera de Brasil fue México. Llegué a la tierra de la Madre del Cielo Morena para continuar los estudios y prepararme en Comunicaciones Sociales. En el 2006 me destinaron a la República Democrática del Congo. Conocí entonces un pueblo sufrido y marcado por muchos años de dictadura y de innumerables guerras y saqueos. No obstante, era un pueblo alegre y acogedor, capaz de hacerme sentir en casa, a mi aire. Mungbere, un pequeño y aislado poblado del norte del País, se convirtió en mi campo de acción. Entre las varias tribus del territorio están también los Pigmeos, que todavía hoy viven en el interior de la Madre selva que les ofrece los medios de subsistencia.

Pasar de la comunicación estudiada en los libros a la vivida en la selva, es el reto que hay que enfrentar con ese pueblo nómada. El sonido del tambor anuncia sus alegrías y sus penas. Un tronco de árbol con hojas secas es signo de mabina, o sea, noche de danza. Los tatuajes pintados por las mujeres y los niños, utilizando los frutos de la selva, comunican alegría y belleza. La sencillez, la acogida, la música y la danza, junto con la solidaridad y la paz, transmitidas por este pueblo, todavía hoy marginado, conquistaron mi corazón.

Desarrollo mi actividad pastoral con las mujeres pigmeas. Las tribus son matriarcales. Son ellas, las mujeres, quienes construyen las casas combele. La mujer es la cabeza del poblado y la responsable de su desarrollo. La parroquia ha puesto a disposición un internado que acoge niños y niñas pigmeos, dándoles la posibilidad de estudiar y de integrarse con la gente del poblado. Con el mismo fin se ha abierto también la escuela de corte y confección. Y para la preparación de mujeres obstétricas, el Hospital ha abierto sus puertas.

El acceso a los poblados es una auténtica carrera de obstáculos por las condiciones en que están las carreteras. Pero cuando se llega siempre es una fiesta. Niños y adultos vienen corriendo a darnos la bienvenida. Incluso el momento de la marcha es celebrado con cantos de adiós. Es un pueblo que posee la virtud de la acogida. De ellos he aprendido mucho. Doy gracias a Dios por la experiencia de Su Presencia, que he podido hacer en ese pueblo.

Ahora me estoy preparando para enfrentar otro reto: animación misionera y difusión de la revista Afriquespoir. Espero que otras jóvenes, leyendo la revista, se hagan misioneras sin fronteras. Llevo conmigo los 15.000 km recorridos en moto durante estos cuatro años, y sobre todo la certeza de que la Misión es vida, y la vida compartida en la misión comunica el Dios de la Vida.

Morir con quince años


"Yo nunca dije ante el juez que hubiera matado a nadie". Alphonse Kenyi, que ya ha cumplido 15 años, está en la última ala de la prisión de Juba, reservada para los condenados a muerte. Lleva entre rejas desde octubre de 2009. Fue condenado por asesinato múltiple cuando tan solo tenía 14 años. Le señalaron como miembro de un grupo que iba por la ciudad matando gente, los llamados niggers. Está en el corredor de la muerte desde octubre de 2010. Sobre él pende la sombra de la horca... 

 Sigue leyendo sobre esta espeluznante historia en El País digital.



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