lunes, 28 de junio de 2010

Misión: Etiopía



Las misioneras combonianas ofrecen la oportunidad de tener una experiencia de misión en África o en América Latina durante el verano. Durante el año, una docena de jóvenes se han estado preparando para vivir esta oportunidad: un grupo partirá rumbo a Guatemala y otro a Etiopía.

Para el próximo número de Más lejos, el equipo de redacción ha entrevistado a algunos de los jóvenes que viajarán a Etiopía. Aquí están las respuestas de dos de ellos:

1º) ¿Por qué has decidido emplear parte de tu tiempo de vacaciones de esta manera?

R: Tras varios años empleando mis vacaciones en puro ocio y evasión, tras muchos años queriendo conocer la realidad en la que vive la mayor parte de los habitantes del planeta, este año ha llegado la oportunidad: no más excusas baratas (estoy muy cansado, no tengo tiempo ni dinero, etc...) y vamos a ver de cerca la realidad en la que viven aquellas personas, a conocer sociedades no mediatizadas por el consumismo y la frivolidad.

R: Creo que durante todo el año paso demasiado tiempo pendiente únicamente de mi y de aquellos que me rodean y cuando vi que podía aprovechar una temporada intentando hacer algo por gente a la que no conocía y de la que seguro que voy a aprender muchísimo, no me lo pensé dos veces. Estoy segura de que es mucho mas enriquecedor pasar una temporada conociendo otra cultura y otra forma de vivir e intentando poner tu granito de arena, por pequeño que sea, que tirada en una toalla todo el día al sol.


2º) ¿Crees que sigue teniendo sentido hoy día la Misión? ¿Por qué has elegido este tipo de experiencia y no una de voluntariado o cooperación con una ONG?

R: Francamente, Expedita, ya habéis escuchado mis opiniones en las reuniones previas. Esta respuesta yo no lo te puedo dar, yo no sé si la misión tiene sentido o no, también supongo que es una de las cosas que ahora vamos a ver. Cuando yo le cuento a la gente que me voy de viaje a Etiopía (¿de vacaciones? ¿de safari? me han preguntado), les digo que me voy de voluntariado, para ahorrar explicaciones. Si ya nos extendemos más, sí cuento que voy con unos misioneros pero para mí es básicamente lo mismo.

La diferencia, en mi caso, reside en que conozco vuestra labor y sobre todo vuestro compromiso total con las personas más necesitadas. En este sentido, tengo amigos que han hecho cosas semejantes con ONG's y no han acabado realmente satisfechos (descoordinación, inutilidad del esfuerzo, poca preparación y desarrollo de los programas propuestos, etc...). Yo sé, porque ya he estado en campamentos y campos de trabajo combonianos, que vosotros tenéis una sólida experiencia en cuanto a acción sobre el terreno y que sois gente profundamente inculturada en las comunidades (lenguaje, costumbres, educación...), lo cual me parece el mejor modo de empezar a hacer algo útil.

R: Para mí, hoy día es cuando mas sentido tiene la Misión, porque actualmente las diferencias entre sociedades desarrolladas y no desarrolladas son cada día más abismales. En los medios de comunicación vemos esos contrastes día a día cuando vemos como se pagan millones por jugadores de fútbol o estrellas hollywodienses cuyos sueldos podrían prácticamente arreglar la economía de países enteros; creo realmente que hoy el trabajo de la Misión es imprescindible y digno de admiración. Todos esos misioneros que pudiendo llevar una vida muy cómoda en sus países deciden dejarlo todo y dar su vida por los demás… ¿puede haber algo mas digno de admiración? Creo que no.

Decidí llevar a cabo esta experiencia en un entorno cristiano porque eso es lo que soy, cristiana y aunque creo igual de meritorio el hacerlo con una ONG, en mi caso ví más conveniente enfrentarme a esta experiencia sabiendo que voy con gente que tiene mis mismas creencias y porque así, en momentos de debilidad, que sé que tendré bastantes, podré hacer oración o ir a la capilla…todo ello acompañada de la gente con la que estaré.

3º) ¿Qué es lo que más te atrae del carisma comboniano?¿Por qué?

R: El compromiso. Porque admiro a las personas capaces de renunciar a cualquier comodidad material para entregarse a una idea. Lo mismo puedo decir de muchos artistas, investigadores, etcétera...

R: Desde los cuatro años me he educado en un colegio cristiano dirigido por misioneras y esa dedicación a la Misión que he vivido desde pequeña es lo que he encontrado en los hermanos y hermanas combonianas y es lo que me atrae de ellos, que la Misión es su eje central y a lo que dedican toda su vida.

4º) ¿Cuáles son tus deseos, expectativas sobre este viaje? ¿Y lo qué más te preocupa?

R: Mis deseos y expectativas: que realmente valga de algo el esfuerzo. Que sea capaz de encontrar ése argumento que me falta para grabar un buen documental o reportaje. Que enseñe algo útil a los chicos que estén interesados en el tema informático/audiovisual, que seguro que alguno hay.

Mis miedos: que no valga de nada el esfuerzo. La malaria (no sé si por las novelas que he leído, las historias, pero chica, de verdad que me da una cosa, las fiebres tercianas que llamaban por aquí... )

R: Mis principales deseos y expectativas se basan principalmente en que deseo de todo corazón poder aportar algo, aunque sea algo invisible a los ojos de los demás, pero quiero sentir que mi estancia allí ha servido de algo. Me preocupa esto principalmente porque se que me van a enseñar muchísimo a mi allí, voy a ser yo la que realmente va a venir cargada de enseñanzas y de experiencias y lo que quiero es que, aunque sea en menor medida, yo también les pueda corresponder. En cuanto a preocupaciones…¡no tengo! Creo que voy en la mejor compañía posible y que el Señor va a estar con nosotros en todo momento así que... ¿de qué preocuparse?

5º) ¿Cuál ha sido tu experiencia de Dios durante estos meses de preparación?

R:Lo siento, Expedita, pero no soy la persona adecuada para responder esto. Mi experiencia de Dios se reduce a veros la cara de alegría y convicción que ponéis cuando tocáis el tema la gente con fe.

R: Hay momentos en los que crees que estás mas apartada de el Señor y otros, como estos últimos meses, en los que sabes que estás mas cerca que nunca de El. Han sido unos meses complicados por mis problemas de salud, y sin embargo El ha conseguido que todo salga bien y adelante y además me ha regalado la posibilidad de conocer a una gente maravillosa con la que me voy a embarcar en una experiencia única así que lo único que puedo hacer desde mi humilde posición es darle gracias una y otra vez.
Si quieres leer la experiencia de María, otra chica española, en Etiopía, date una vuelta por aquí..

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Lo contrario del miedo



“Lo contrario de la fe no es la duda, sino el miedo” Pere Casaldáliga



Una boutade de teólogos. Un jeroglífico con el que dejar patidifusos a los que somos más de andar por casa en cuestiones divinas. Y, como yo estaba realmente enfadada por aquella época, simplemente anoté la frase en un post-it (rosa fucsia) y la pegué en la pared de delante de mi escritorio.

Y el tiempo fue pasando. Y con él, el enfado.

Y cuando uno deja de estar enfadado, es capaz de iniciar el camino de vuelta a casa.
El miedo es un bicho feo. Es pequeño y tiene los dientes muy largos y las garras muy afiladas. Se cuela por la nariz y se desliza hasta la boca del estómago y allí se queda, engordando. Le gustan especialmente los planes y las previsiones del tiempo, desayuna nostalgia por las mañanas y unas cuantas culpabilidades birladas del bolsillo. Cuanto más gordo, más duele y cuanto más duele, más comida quiere. Y si va creciéndote el miedo, mal asunto, porque tú también te vuelves pesada, peluda y no puedes ya ni andar.

Bueno, bueno.
Yo tengo
Un par de remedios
Contra el miedo.

Cuando camino, el miedo adelgaza.
Cuando recuerdo África y los platos que fregué.
Cuando echo de menos el Amor de todos los días.
Cuando me agarro, como niña chica, de la mano de Dios y no me suelto. Uh, uh, al miedo se le caen los dientes de puritito susto.
Cuando le dejo los mapas
Y me despeino.
Cuando me indigno.
Cuando me vuelvo adolescente (qué pequeño era entonces el miedo)

Cuando salto cascadas

Y me dejo

Caer

Porque abajo

Donde todo parece perderse y morir,

Allí

Están Sus manos.

domingo, 20 de junio de 2010

¿Quién dices que soy Yo?




-Y tú, ¿quién dices que soy yo?-

La pregunta llena toda la habitación. Se instala entre el espacio que dejan el aire y los muebles. Es una pregunta enorme.

La verdad, no sé qué decir.

Y me quedo en silencio. La pregunta te ha dejado sentado encima de ella. Balanceas los pies. Y yo estoy allá, a lo lejos, debajo de todo eso que nos separa. Me encojo en el sillón rojo, deseando que la pregunta desaloje mi habitación y que tú te bajes de ahí arriba.

-Sé dónde estás-

Me aventuro a decir.

-¿Y dónde dices que estoy yo?-

Creo que te estás sonriendo, pero como no llevo las gafas y aún sigues encima de la pregunta, no puedo verte bien.

Sé dónde estás. Bueno, sé algunos sitios (no todos) Sé que estás cambiando pañales, sé que estás poniéndole derecha la horquillita rosa a Isabela, sé que estás en el ala innombrable del hospital, sé que estás cuando bailan las estelas en el ofertorio, sé que estás cuando creo que no estás, sé que estás cuando me nombran la palabra “África”, sé que estás en los tanatorios y cuando friego los platos. Sé que estás en los últimos, sé que estás ahí fuera, en la cola del paro, y en la gente por la que me cambio de acera. Sé que estás cuando llego a casa, de vacaciones, y mi madre me pregunta (como si fuera un asunto de estado) qué quiero que me cocine esos días. Y sé, te juro que lo sé, que estás aún en aquel descampado del que no puedo olvidarme.

-Ah, ah, se te olvida un sitio-

Y me señalas con el índice en el ombligo.

-Bueno…sí, y en mí sé que también estás-


Entendimiento




Cuando aquellos a quienes amamos nos piden algo,

les damos las gracias por pedírnoslo.


Si tú deseases, Señor, pedirnos una única cosa en

toda nuestra vida,

nos quedaríamos asombrados,

y el haber cumplido una sola vez tu voluntad

sería el gran acontecimiento de nuestro destino.


Pero como cada día, cada hora, cada minuto,

pones en nuestras manos tal honor,

lo encontramos tan natural que estamos hastiados,

que estamos cansados...


El día en que lo entendiésemos, iríamos por la vida

como una especie de profetas,

como videntes de tus pequeñas providencias,

como agentes de tus intervenciones.


Madeleine Delbrêl

jueves, 17 de junio de 2010

Fun morality




Creo que vale mucho la pena leer este pequeño fragmento del filósofo Daniel Innerarity sobre la nueva moralidad: la fun morality.


"¿Cuáles son los nuevos imperativos de esta 'fun morality'?: juventud, salud, esbeltez, ligereza, forma, satisfacción, velocidad, inmediatez, amabilidad... Sería precipitado hablar de un craso egoísmo. Esta ocupación primordial con el yo no tiene por qué ser incompatible con la atención a las necesidades del prójimo, siempre y cuando no pretenda ir más allá de lo que bien puede denominarse un altruismo indoloro.

Una moral del sentimiento es la única compatible con el nuevo individualismo. Desde luego, nunca ha habido tanto llamamiento a la solidaridad, tanta exhibición de realidades inadmisibles acompañada de un lenguaje de reprobación. Pero este éxtasis de la solidaridad es epidérmico, ligero y puntual. Es una identificación superficial con el otro, debido a la repugnancia del espectáculo del sufrimiento; es un compromiso nómada y parcial, moderado y distanciado. A menudo, basta un gesto de indignación para recuperar la buena conciencia.

La emoción suscitada por el espectáculo de niños famélicos es rápidamente olvidada gracias a la película que le sigue: asistir a un concierto de solidaridad, portar un 'slogan' antirracista, enviar un cheque para combatir una determinada enfermedad; todo esto no tiene ningún tono de culpabilidad. Los medios de comunicación exponen continuamente la infelicidad humana pero desdramatizan el sentido de culpa; la velocidad de información crea la emoción y la diluye al mismo tiempo. Estamos en la época de la eliminación y no de la fijación, de la sensibilización fluida y no de la intensificación de los sentimientos.

(...) Es una ética de triunfadores inocentes, de buena conciencia, que se conmueven fácilmente ante la desgracia ajena pero que no dramatizan las cosas excesivamente, que no imponen nada a nadie, que sólo desprecian la intolerancia, que llevan una vida sana y se mantienen en forma, que se manejan bien en la vida, que son autosuficientes, que sólo beben los fines de semana... No sirve, en cambio, a los marginados, los débiles, los gordos, los deprimidos, los subnormales, los lentos, los emigrantes, los presos, los que no saben hacer su declaración de la renta ni conocen los entresijos del Código penal, las madres de familia numerosa y las madres solteras, los habitantes del Tercer Mundo, los dolientes, los moribundos..."
Lo hemos leído en: www.cicomunica.blogspot.com

Ser mujer y africana

miércoles, 16 de junio de 2010

Jardín de Infancia



El Azaria es un barrio que quedó dividido por el muro de Israel. La casa de las misioneras combonianas, también, y con ella la escuelita materna para niños palestinos. Cada mañana, los tienen que atravesar "la ventana" que se ha abierto en el muro para que puedan seguir yendo al colegio.


Es difícil crear normalidad cuando dos militares empuñan pistolas y mientras tú, con tu baby azul y tu mochila diminuta, sales corriendo para aterrizar en el aula y colorear dibujos, aprender los números y cantar a coro la canción de los buenos días. Creo, sin embargo, en el empeño de esta comunidad de hermanas por hacer saltar por los aires el muro e ir construyendo, desde las nanas de la guardería, el diálogo entre el pueblo hebreo y palestino.


Ojalá esta escuelita siga siendo siempre...el jardín de la infancia.


lunes, 14 de junio de 2010

Y Dios se hizo de colores


Una de las cosas que más me llamó la atención de cuando estuve en África fue la iconografía religiosa. Tengo que reconocer que, al principio, eso de ver un Cristo negro (y no sólamente por el color de la madera) me tenía desorientada. Al fin y al cabo, son muchos años tragando inconscientemente la imagen de un Jesús de pelo largo, rubiacho, monísimo (y hasta de ojos azules, si se tercia) Podría decirse que durante un tiempo, me tomé la imagen del Cristo negro (y de la Vírgen) como una bonita forma de inculturación.

Tengo la manía de devorar casi cualquier texto escrito que ande suelto por casa y, en la comunidad de Mongu y de Kalabo había (afortunadamente) una buena selección de revistas y libros de temas muy variopintos. Ciertamente, no recuerdo dónde lo leí. Lo que sí recuerdo es que me hizo plantearme de nuevo la imagen del Cristo negro. Y la palabra clave era "Tiempo" (y yo añadiría la de "extrañamiento", un término muy útil en el campo de la Teoría Literaria)

Aquel Cristo negro me pedía dedicarle mucho más tiempo. Es lo mismo que cuando te encuentras una metáfora complicada en un poema: al no estar acostumbrada a ver unidos dos términos diferentes, tienes que pararte a rumiar por qué el poeta los ha asociado.Y esa pequeña descarga eléctrica al leerla, ese extrañamiento es (para algunas escuelas literarias) la clave de la literatura. Para mí, aquel Cristo era puro extrañamiento, algo que me hacía fruncir las cejas y para el que necesitaba una nueva forma de mirar. Si quería seguir con la imagen de JesusCristo SuperStar, nunca entendería la metáfora.

Dios ha venido a extrañarnos, a sacudirnos de encima todos nuestros prejuicios y nuestra rancia rutina, nuestros ojos viejos y cansados. Sí, es verdad que Dios en Occidente tiene barba blanca y es viejito y que Jesús tiene más de hippy sueco que de palestino...¿pero por qué quedarnos ahí?¿por qué acomodarnos en lo seguro? Aquel Cristo negro de la capilla no era sólamente una "bonita forma de inculturación", era una invitación a mirar a Dios desde otro ángulo y a buscarlo entre el pueblo en el que estaba en ese momento. El extrañamiento es sólo el pistoletazo de salida para darte cuenta de que no todo es tan simple, para darte cuenta de que no todo el mundo se filtra a través de tus ojos.

No puedo deshacerme de mi herencia occidental (y además, tampoco creo que deba hacerlo: yo soy parte de ella, como ella es parte de mí) y reconozco que me sigue costando pensar en una Vírgen negra, por ejemplo, para orar. Pero celebro que ahora formen parte de mis ojos y de mi corazón, para sacudirme de nuevo la arena de los pies y echar a volar.


Vírgen María japonesa

Vírgen María china

África y la Corte Penal Internacional


La primera mujer africana en ganar el premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, ha participado en la conferencia de revisión del Estatuto de Roma, que creó la Corte Penal Internacional, para demostrar su apoyo a la labor del tribunal. Wangari Maathai es conocida en el mundo por su permanente lucha por la democracia, los derechos humanos y la conservación ambiental. Es la única esperanza de que haya justicia en África y en otras partes del mundo, ha asegurado en una entrevista con IPS la fundadora del Green Belt Movement (movimiento cinturón verde), dedicado a frenar las consecuencias de la deforestación y la desertificación.
Si quieres leer el resto de la entrevista, pincha este enlace:

Lo hemos leído en: http://www.periodismohumano.com/

domingo, 13 de junio de 2010

Autobiografía




Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

Luis Rosales

jueves, 10 de junio de 2010

Al hombro



Si Dios te cogiera al hombro
y te llevara a casa
y le gritara a sus vecinos
¡La encontré!

Si te bajara suavemente
como se baja a los niños
cuando los llevas a la espalda,
y te dijera
¡He preparado una fiesta para ti!

Tus labios dibujarían
una risa
perfecta
y no dirías nada

Tan sólo te unirías a la música
y cogerías a Dios de la mano
para bailar.

Y los dos
disfrutando de la vida
y los dos riendo
haríais comenzar de nuevo el mundo.





Celebración del Sagrado Corazón de Jesús

lunes, 7 de junio de 2010

Arena en los pies




-Eres ya un poco grandecita para andar en los columpios-


Pero la verdad, es que yo sigo dándole. A veces me parece que voy a saltar y a echar a volar. Así, sin más. Porque sí.


Cuando estoy en el columpio, me entran muchas ganas de reír. Es una risa de esas de cosquillas. Tonta, pero efectiva.


Volar.


En esos momentos realmente creo que puedo volar. Los cordones se desatarán y mis pies no volverán a tocar la arena. No la querré para nada.


Volar.


Soltar las manos. Abrir tanto los dedos. Y si quiero, llorar.


Sentirme bendecida. El corazón late tan deprisa que parece que se ha parado. Y llorar.


El suave aire que amasan sus labios y que me impulsa, que sopla, que me sopla por la espalda, que me eleva, que me limpia la arena de los pies, que me seca las lágrimas, que sopla y sopla y sopla.


Y que me lleva a casa.

Esté donde quiera que esté.
(De una adaptación del Salmo 139)

Guíame



Guíame, Señor, mi luz,
en las tinieblas que me rodean,
¡guíame hacia delante!
La noche es oscura y estoy lejos de casa:
¡Guíame tú!
¡Dirige Tú mis pasos!

No te pido ver claramente el horizonte lejano:
me basta con avanzar un poco...
No siempre he sido así,
no siempre Te pedí que me guiases Tú.
Me gustaba elegir yo mismo y organizar mi vida...
pero ahora, ¡guíame Tú!

Me gustaban las luces deslumbrantes
y, despreciando todo temor,
el orgullo guiaba mi voluntad:
Señor, no recuerdes los años pasados...


Durante mucho tiempo tu paciencia me ha esperado:
sin duda, Tú me guiarás por desiertos y pantanos,
por montes y torrentes
hasta que la noche dé paso al amanecer
y me sonría al alba el rostro de Dios:
¡tu Rostro, Señor!

Henry Newmann
Lo hemos visto en: http://www.pastoralsj.org/
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