jueves, 28 de julio de 2016

La PAZ



Hay palabras que tienen mucho significado, palabras potentes que son capaces ellas solas de transmitir conceptos complejos. Una de las que más me fascina desde que por primera vez la escuché es “enajenado”. La RAE define enajenar como “Sacar a alguien fuera de sí, entorpecerle o turbarle el uso de la razón o de los sentidos”, el enajenado es pues aquel que no usa la razón o los sentidos, aquél que no es él, que ha perdido su esencia. Con esta sola palabra se puede explicar la deriva egoísta, ecocida y desigual que está tomando la sociedad a nivel global. Estamos enajenados de nuestra esencia humana, desalmados por el consumismo, la apariencia y la apatía. Pero no me gusta ser pesimista, por eso quiero encontrar el antónimo a enajenado. Girar la moneda.

Las monedas tienen dos lados: la cara y la cruz. La cara se maquilla, se limpia y se arregla porque es lo que mostramos al mundo. La cruz es la pasión, las dificultades, los tropiezos, los trapos sucios: es nuestra esencia, pero no es buena apariencia. La escondemos y la negamos tres veces.

Al fin he podido asomarme a la cruz de Barranquilla, tras casi un mes por esta tierra colombiana. Y ha sido una vista privilegiada, de la mano del P. Cyrillus Swinne, cuya persona y obra es la que os quiero transmitir. El padre Cirilo es un sacerdote camilo holandés que lleva cuarenta años trabajando en Barranquilla, toda su labor la ha desarrollado en el barrio La Paz, en el suroeste de la ciudad, el más pobre cuando llegó, de los marginados aún.




A las tres de la tarde quedamos frente a la casa parroquial, y allí estábamos, sufriendo el calor barranquillero en todo su esplendor. Nada más cruzar la puerta llega un soplo de aire fresco, un patio lleno de árboles, orquídeas, hortalizas y hierbas da la bienvenida. No es un aire acondicionado, es un aire libre, pacificador. Dulce, como las ciruelas castilla que me da a probar del propio huerto. Empezamos a pasear entre las plantas y el P. Cirilo va explicando qué es cada una, cómo se cuidan y qué recompensa dan al arduo trabajo del jardinero, solo lamenta no tener tiempo para cuidarlas personalmente. Entre plantas se asienta el centro médico, un proyecto que empezó con algunos medicamentos empacados en una caja de madera llegada de Europa (los propios tablones de la caja se convirtieron en estantería), y ahora es un edificio de ladrillo de dos pisos con una ambulancia aparcada al lado. Salimos de nuevo a la calle y el asfalto no perdona, el calor vuelve a sofocar. 

Enfrente queda la biblioteca popular, pero es más que una biblioteca, es un espacio de encuentro para y por el barrio, un remanso de paz donde niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar de los libros, de una sala de informática, de la emisora de radio local, de varios salones donde se imparten diversas capacitaciones y actividades, incluso de un jardín frondoso y de vivos colores que embellecen el tejadillo de la primera planta. Es el centro del barrio, generador de sinergias, buena convivencia y recreación. Todo ello empezó en un salón parroquial, con cuatro estanterías y libros recogidos por los niños del barrio que se recorrieron toda la ciudad buscando aquellos que ya nadie quería.

Contiguo queda la residencia de ancianos, un edificio de aspecto antiguo con portones de madera. Al igual que los anteriores, empezó con unos pocos ancianos en la misma guardería del barrio. En su interior alberga otra sorpresa, un jardín explosivo con un estanque habitado por mojarras, lejos queda el bullicio y el calor de la calle. Una residencia para los ancianos más pobres, los más desamparados, donde pagan con su sonrisa cálida y su mirada dulce. Todo es tranquilidad y paz. Salimos por el otro extremo de la residencia, donde hay dos estatuas, la primera es una mujer desnuda con un niño a la espalda, “para que no se nos olvide el drama de los desplazados, las mujeres que llegan sin nada más que su hijo a la espalda” explica el padre Cirilo, la otra es una estatua de San Antonio que mira a la calle, “antes miraba para el patio, pero le puse mirando a una casa que quiero comprar al otro lado de la calle. Yo voy trabajando, a ver si él hace el milagro” dice con una sonrisa picarona. Nada sobra en estos proyectos, todo y todos tienen un papel, están ahí por alguna razón.

En esa misma manzana está el centro de día para atender a niños discapacitados, con taller ortopédico incluido, el único de la ciudad. Esta vez no entramos, queda para la próxima. Ahora nos dirigimos de vuelta a la casa para ir en coche al próximo gran proyecto, queda en el barrio contiguo, el 7 de Agosto. Lleva en construcción unos cuantos años y se espera que finalice en dos más. Se trata de un parque, el parque del Bicentenario, un proyecto con el que el Padre Cirilo lleva soñando mucho tiempo, empezó a hacerlo realidad con la compra de los primeros terrenos hace casi una década. Ahora es un proyecto a cargo del ayuntamiento y están en la primera fase de construcción, finalmente será un parque de nueve hectáreas, un pequeño paraíso para una ciudad que tiene menos de un metro cuadrado de zona verde por habitante. Pero el parque es más que un lugar de recreo, es una oportunidad para los barrios que lo rodean, los más pobres y abandonados de la ciudad.

Por las calles de tierra del barrio 7 de Agosto todos saludan al coche según pasamos, al detenernos frente al futuro parque, un descampado con dos porterías, se acerca un hombre a “padre, he oído que nos van a reubicar, que no nos quiten las casas por favor”, detrás suyo esperan su turno un grupo de niños “padre, que quiten la maquinaria, nos deja sin espacio para jugar”. Más adelante un coche obstaculiza la calle, de dentro de una casa se oye un “¡ya va!” al salir “¡padre, qué oportuno! Estamos hablando con el alcalde regional, ¿puede pasar?”. Tras la breve reunión, ya con la calle liberada, un hombre pasa con su carrito vendiendo limones (pequeños, como tomates cherry) “Hoy están más baratos que la otra vez, padre”, llena una bolsa entera y aún sobra una veintena en el carro, el hombre empieza a distribuir a los niños llenándoles las manos “llévenselos a sus mamás, en nombre del padre Cirilo”, la alegría se contagia, la solidaridad se transmite, a los niños se les iluminan los ojos y se van agradecidos con una sonrisa, hoy tendrán refrescante limonada en la cena. Para todos el P. Cirilo tiene palabras de solidaridad, miradas de calma y sonrisas de paz. Imposible no imaginarse a Jesús por los pueblos de Galilea parándose en cada esquina, dejando que los niños se acerquen a él, multiplicando panes y peces, sanando y liberando. Construyendo una sociedad sana, como aclama su lema.

El último proyecto que alcanzo a ver desde fuera es el Centro Lúdico, un lugar para alejar a los jóvenes de las drogas y las pandillas delincuentes. Una semilla de paz en medio de un barrio con calles sin asfaltar, aunque no por mucho tiempo, cuando el padre Cirilo llevó a las autoridades públicas a ver el Centro se avergonzaron y ya han prometido asfaltarlo pronto. El primer éxito del Centro Lúdico incluso antes de inaugurarse. Estos son los milagros no casuales que consigue con su perspicacia.

Muchos son los proyectos que han cambiado al barrio, y no todos están aquí nombrados. Y los que aún faltan por hacer, como el parque infantil en el pequeño descampado frente a la biblioteca. El P. Cirilo tiene clara la clave del éxito, empezar con poco, sin presupuesto, e ir creciendo poco a poco con la colaboración de los seis actores: El primero es la comunidad, el propio barrio debe ser partícipe de los proyectos, actualmente él no dirige ninguno directamente, cada proyecto tiene una persona encargada; El segundo es la entidad pública, debe haber un compromiso por parte de los organismos públicos para mantener y respaldar los proyectos que repercuten en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos; Para que estos proyectos tengan un buen plan de desarrollo hace falta la Academia, principalmente las universidades y centros técnicos; El cuarto actor es la empresa privada, debe tener un sentido social y de servicio a la comunidad de la cual obtiene los beneficios; Si el proyecto no tiene difusión, su repercusión va a ser mucho menor, por eso es fundamental el apoyo del quinto actor, los medios de comunicación; Y por último, el pegamento que enlaza todo, está el sexto actor involucrado, Dios, a quien al final quedan encomendadas todas las obras. Como decía S. Daniel Comboni, las obras de Dios nacen y crecen al pie de la cruz. Así son, como las ciruelas castilla, mucho hueso y poca carne ¡Pero qué carne más sabrosa y jugosa!

La Paz puede ser un barrio olvidado, pero no huérfano, desde hace cuarenta años tiene un padre.

Sigo buscando el antónimo para “enajenado”. Tal vez sea comprometido, tal vez sea empático. Podría ser perseverante o podría ser comprensivo. Quizá sea atento, quizá auténtico. Corazón o cruz. ¿Existe alguna palabra que signifique todo esto? Para mí, “PAZ”.

Lo siento, esta vez no hay fotos, para la próxima. Me olvidé que llevaba el móvil en el bolsillo.

Íñigo Vitón García, Jóvenes en Misión

jueves, 14 de julio de 2016

Otro día terrible en Juba




 

Juba, 10 de julio de 2016

Creo que no deseo escuchar más bombardeos en mi vida. Ayer por la noche un avión seguía sobrevolando, pero al menos no ha bombardeado. En medio de la noche, hemos oído un rumor extraño, como de camiones transportando material pesado. Sin embargo hemos conseguido dormir de algún modo. Ha llegado la mañana y todo parecía tranquilo.

8:30 am: eucaristía en nuestra capilla. Había poca gente, al mismo tiempo, se iniciaron bombardeos a distancia. El celebrante acortó la misa y, al finalizar, la gente corrió a sus casas porque los bombardeos se volvieron más fuertes y frecuentes y se oía el ruido de armas automáticas. Esto ha seguido así toda el día. La gente dice que algo se está quemando en una parte de la ciudad. También nos han informado de que una bomba ha caído sobre un campo de personas desplazadas gestionado por las Naciones Unidas y muchas personas han muerto. 

La gente en aquel campo no tiene un lugar donde refugiarse, nadie en Juba puede huir, estamos todos atrapados en nuestras casas. Las tiendas están cerradas y las calles vacías. 
Mientras os escribo un coche armado está disparando y las repercusiones de sus disparos sacuden nuestra casa que, con lo vieja que es, con todas sus grietas ya presentes en las paredes, no le hace falta mucho para ser derribada, aunque sea a por el temblor que causan las bombas.
No estamos solas. Mucha gente nos sigue llamando y comparten lo que están viviendo y viendo y nos preguntan si estamos bien. También estudiantes del Sur Sudán que estan en Uganda nos llaman y nos envían SMS. Intentamos no usar mucho el teléfono ya que no hay manera de recargarlo. Se están verificando saqueos en algunas partes de Juba, en particular a las tiendas que pertenecen a ugandeses.

Dicen que son tres ejércitos los que luchan por el control. Las fuerzas gubernamentales SPLA, SPLAIO (la oposición) y otro grupo que apenas ha emergido. Parece que la oposición ha tomado el control de una parte de la ciudad, pero todo esto solo lo sabemos de oídas. Otras voces dicen que son Kiir y Machar los que han perdido el control de sus ejércitos y que ahora lo guían otros líderes. Solo Dios sabe lo que realmente está aconteciendo. Lo siento por la gente sencilla. El personal del hospital desapareció para estar con sus familias.

Hay helicópteros que están constantemente en movimiento y esta mañana también pequeños aviones. Solo esperamos que la noche sea tranquila y podamos dormir. No hay manera de procurar comida, la que tenemos es la que debe durar. Además, cuando esta situación termine, pasará tiempo hasta que algún camión de reabastecimiento desde Uganda o Kenia pueda llegar.
Mientras tanto rezamos. Rezad por la paz, para que las muertes terminen y se vuelva a la normalidad. También nosotras empezamos a ser probadas por la falta de sueño y lo continuos bombardeos; algunas veces esto provoca nerviosismo entre nosotras. Esto no debería suceder, pero desafortunadamente pasa cuando se está estresado. 

Gracias por estar con nosotras en la oración. ¡Tenemos mucho por lo que estar agradecidas!


Sr Evette, Misionera Comboniana, Provincial de Sur Sudan.

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