Los enfrentamientos en los principales estados fronterizos de Sudán están provocando un desastre humanitario que, en la situación actual, sólo puede empeorar, de acuerdo a las informaciones de los organismo humanitarios y de funcionarios de Estados Unidos.
Unos 80.000 refugiados han huido del estado de Blue Nile, en el norte de Sudán, hacia Sudán del Sur, que según los expertos es incapaz de asistir a los recién llegados. Además, hay muchos miles más de desplazados internos que necesitan ayuda.
En la vecina región de Kordofán del Sur, cientos de miles han perdido sus hogares, señalan fuentes estadounidenses. "Desde junio pasado, este conflicto ha creado una emergencia humanitaria enorme", de acuerdo con el enviado de Washington a Sudán y Sudán del Sur, Princeton Lyman.
Sudán del Sur se separó de Sudán el año pasado después de décadas de guerra civil, pero la división no ha puesto fin al conflicto. Las milicias supuestamente aliadas con Sudán del Sur están enfrentándose con el Ejército sudanés, que está llevando a cabo incursiones aéreas con bombas y otros ataques.
Las personas que se encuentran en las zonas centrales del conflicto tienen pocos medios para sobrevivir.
Los expertos de la ONU advierten que los estados fronterizos podrían verse pronto en condiciones "similares a la hambruna".
"Sudán continúa impidiendo que la ayuda llegue a muchos civiles que la necesitan desesperadamente", manifestó Nancy Lindborg, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
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