Las Hermanas Misioneras Combonianas están presentes en América Latina desde el 1955, cuando abrieron su primera comunidad en Brasil.
Sor María Pinheiro Bandeira, de nacionalidad portuguesa, originaria de Vitorino dos Piães, Viana do Castelo, desde 1982 comparte su vida con el pueblo latino americano y le cuenta a Evangelizar Hoje su experiencia.
Sor María, ¿como nació tu vocación?
Sor María: a la edad de 18 años advertí la llamada del Señor y el deseo de poner mi vida al servicio de la Misión. Conocí a las Misioneras Combonianas y a los 21 años entré en la Congregación. Hice mi formación primero en Portugal y luego en España e Italia. A continuación fui mandada a Ecuador y trabajé en la provincia de Esmeraldas donde la mayoría de la población es de origen africano. Pueblo alegre, acogedor y fraterno. Con este pueblo viví 8 años prestando servicio sanitario como enfermera.
¿Qué actividades has desarrollado en America Latina?
Sor María: desde Ecuador pasé a Perú y trabajé prevalentemente en la periferia de la capital, Lima, como encargada de la pastoral juvenil. Aquí encontré un pueblo de Dios con mucho sufrimiento, pero también con mucha esperanza. Entonces eran tiempos difíciles, las personas huían de sus pueblos a causa de los continuos asaltos terroristas y se refugiaban en la periferia de Lima, privados de todo y necesitados de todo.
Hay que notar que en Lima no llueve nunca y la periferia parece un verdadero desierto. La gente consigue sobrevivir gracias a la capacidad de compartir que los caracteriza; saben dar desde su pobreza. La solidaridad de otras personas y la esperanza que siempre conservan, aun en los momentos más difíciles, les ayuda a mantener viva la dignidad y la voluntad de luchar por un futuro mejor.
Después de tres años de vivir y de compartir con este pueblo que conquistó mi corazón, me fue dirigida la invitación a ir a otro país que todavía no conocía: Costa Rica, situado en América Central. Fui invitada con otra hermana, con el fin de abrir una nueva comunidad. Ahora mi tarea consiste en acompañar a las jóvenes en el discernimiento vocacional, ayudándolas a individuar la misión y el estado de vida al que el Señor las llama. Actúo en este sentido también en otros Países de América Central.
¿Como se te presenta la juventud latinoamericana?
Sor María: América Latina es un continente que posee una población en su mayoría joven y es el continente con el mayor número de cristianos. Es el continente de la esperanza como lo definió el Papa Juan Pablo II.
Los jóvenes latinoamericanos son muy creativos y dinámicos, con mucha capacidad de entrega aunque si la crisis que estamos viviendo todos, los ha golpeado también a ellos. Hoy la crisis familiar hace difícil a los jóvenes la formación de su propia personalidad. Es un gran desafío para los jóvenes de hoy encontrar adultos que vivan con coherencia y con los cuales puedan identificarse.
¿Qué se puede decir del pueblo costarricense?
Sor María: El pueblo de Costa Rica es un pueblo amante de la paz y con un gran sentido de familia. Hace ya mucho tiempo que este País optó por no tener un ejército, destinando así mayores rentas a la educación y a la salud de sus ciudadanos. Y así, en América Central Costa Rica es el País que posee los mejores servicios en el sector de la educación y de la salud.
¿Cuál es la tarea específica de las Misioneras Combonianas en este País?
Sor María: nuestra tarea consiste sobre todo en servir a la Iglesia local en el ámbito de la animación misionera y en la orientación vocacional de los jóvenes. Nos dedicamos también a la acogida y asistencia de nuestras Misioneras que regresan en patria por motivos de salud, de estudio o en vacaciones, Además, colaboramos en la parroquia, en la pastoral social a favor de las familias más necesitadas y de los migrantes provenientes de Nicaragua, que vienen a Costa Rica en busca de mejores condiciones de vida.
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