martes, 3 de abril de 2012

¿Tú también vienes con nosotros?



Es una de las preguntas más provocativas que he encontrado en mi ministerio con los jóvenes. Se refiere no solo a los retos que la juventud del mundo ofrece, sino también a las expectativas de los jóvenes, de los nuevos compañeros. Dado que también yo soy todavía joven, conozco la importancia de formar parte de un grupo de la misma edad donde las cosas pueden suceder en el modo que a nosotros nos gusta. La pregunta ‘¿Vienes también tú con nosotros?’, es una invitación potente a formar parte de una aventura construida por la imaginación e iniciativa de los jóvenes.

No es la primera vez que me encuentro frente a esta pregunta en mi vida. Pero la he experimentado en un contexto distinto. En los primeros años de mi juventud me sentí particularmente atraída por la vida misionera. Cada vez que me encontraba con alguna misionera de regreso a España, mi Madre-tierra, no podía estar en paz, porque en mi corazón sentía resonar la pregunta: ¿Vienes tú también con nosotras? Esta era una llamada a unirme a las misioneras en su compromiso de llevar la Buena Nueva a todos los pueblos. La Misión, como misión de Dios, me ponía una pregunta dirigida a mí, pregunta que me llevó algunos años, para aclarármela a mi misma y dar luego una respuesta. ¿Cómo podía, después de haber experimentado el amor de Dios y su salvación en momentos de crisis, estar en silencio y no dar una respuesta? En mí había un gran deseo de entregarme completamente a la Misión. Le di mi “sí” a esta llamada y entré con las Hermanas Misioneras Combonianas.

 He aquí porque ahora me encuentro lejos de mi País y de mi cultura, compartiendo mi vida con los jóvenes de la Diócesis de Mongu, en Zambia. Cuando fui enviada a esta tierra en el lejano 2005 la misma pregunta volvió a mi mente, y ahora está viva en el corazón de muchos jóvenes que he encontrado: ‘¿Vienes también tu con nosotros?’ Ha sido como una puerta que se ha abierto para mí y me ha hecho decidir dar comienzo a una nueva realidad muy diferente a la que había vivido en mi casa. Muchos jóvenes de mi Parroquia de Mongu todavía se maravillan y se preguntan, cómo es que una religiosa se mezcla y comparte con ellos.



La última vez que respondí que ‘si’ a la pregunta, los jóvenes había organizado un campamento de cuatro días cercano al río Zambezi. Como reacción a mi sí, recibí una sonrisa de mi joven interlocutor. Este signo significaba que tenía que bailar y cantar todas las noches, gozar de su drama-show, contar chistes, inventar juegos aptos para ellos. Esta es la vida de la juventud y en este modo particular de ser joven he encontrado la pasión por la misión, la misma pasión que me ha traído aquí.

 Los jóvenes tienen grandes iniciativas, y en un contexto cristiano come el de mi Parroquia de Mongu, el deseo de hacer conocer a los otros a Jesucristo, el Señor de la Vida, hace sentir la misión viva entre los jóvenes, En el centro principal de mi parroquia el grupo ejecutivo juvenil está muy atareado cada semana en preparar el programa dominical de compartir con los jóvenes de una de las cuatro comunidades rurales que están bajo la parroquia. Ciertamente hay jóvenes desventajados por el nivel de educación y por la pobreza, un tanto difundida, en las zonas rurales de Zambia. Transcurren la mañana y parte de la tarde con los jóvenes compartiendo un tema del programa catequístico u otros temas. Algunos de estos jóvenes líderes trabajan, otros estudian, otros más están sin trabajo, tienen que enfrentar grandes retos, pero comparten su fe en Cristo, son testimonios de una realidad que va más allá de la pobreza o la riqueza, de la alfabetización o educación.

 Uno de.los programas de los jóvenes que ha tenido éxito en la parroquia ha sido el de ‘Water and Fire’ – ‘Agua y fuego’, una serie de catequesis para jóvenes facilitada por jóvenes con una metodología creativa. Es parte de lo que llamamos ‘Youth to Youth Evangelization’ – ‘Evangelización de jóvenes a jóvenes, donde jóvenes se catequizan uno a otro, proclaman y enseñan la Palabra de Dios y se comprometen juntos por una vida cristiana más auténtica.


Otra iniciativa de los jóvenes es la ‘knocking door’ – ‘Llamando a la puerta’ - estrategia en las cercanías de la Parroquia. Jóvenes comprometidos visitan sistemáticamente una sección de la parroquia cada vez, para animar a los padres y familiares a permitir a sus hijos que participen en las actividades organizadas por ellos en modo de involucrarlos en la vida de la Iglesia. Los riesgos de estos jóvenes son muchos: droga, alcohol, prostitución los robos se han convertido en algo común en la ciudad de Mongu por la gran pobreza. La pregunta ‘¿Vienes también tu con nosotros?’ está ahora dirigida a sus amigos a través de un gesto de solidaridad. ¡Muchos de nuestros amigos habían esperado una invitación como esta!

No lo sabía cuando respondí la primera vez a la invitación de compartir con los jóvenes de mi parroquia que encontraría este espíritu misionero. Yo pensaba que era yo la misionera. En cambio he resultado un testigo y una compañera del Señor presente en las vidas de estos jóvenes líderes tan deseosos de implicarse en el servicio para la misión. ¿Puedo ser más bendecida que así?

Hermana Eulalia Capdevila

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