lunes, 29 de agosto de 2011

En el hospital de Gidel



Santi es un amigo nuestro (parte también del grupo de jóvenes que nos hemos reunido a lo largo de este año en Madrid) médico, que ha ido hasta los montes Nuba en Sudán para dar una mano en el hospital de la misión de Gidel. Regresará en los próximos días. Estas han sido sus vacaciones...

Estamos bien, todos. Fue complicado llegar, pero la diócesis tiene mucho empeño en mantener su presencia aquí, así que finalmente tiene pilotos dispuestos, y alguna pista donde aterrizar, ahora que la de Kauda, por varias razones, no se puede usar. El hospital está hasta arriba, fundamentalmente por los heridos en los bombardeos. En cuanto a estos, es muy variable, pararon hace tres semanas (no se sabe por qué), y la semana pasada se reiniciaron, aunque con mucha menos intensidad por lo que cuentan (yo llegué aquí hace solo 10 días). Bashir ha declarado que quiere un alto el fuego, pero ayer mismos volvimos a ver los antonovs en el cielo, nadie le cree. 

 Las hermanas están bien, tranquilas y fuertes. La verdad es que los que les preocupa a ellas y a todo el mundo no es una bomba, pues estas realmente son muy erráticas y las tiran a boleo y esporádicamente, pues lo que quieren con ellas no es ganar la guerra, sino aterrorizar a la gente para que huyan de esta tierra o al menos, no planten. Lo que preocupa, por el contrario, es el hambre que ya hay (¡mucho!) y sobre todo el que se avecina, pues la gente se esconde o huye y no se ha plantado ni un 20% de lo que se hizo el año pasado, y eso que aquello ya fue, como se ve hoy, muy muy poco. Y el aislamiento total. Están cerrados con barreras militares todos los accesos, y no acceden ni las agencias humanitarias. hay cascos azules egipcios en Kauda, pero no salen del compound y son vistos, con probable buen criterio, como enemigos y espías.

 El precio de todo lo básico se ha disparado por 10 y 20 (una pastilla de jabón es IMPOSIBLE de encontrar, y quien la vende lo hace por 10 dólares!!!. Un saco de sorgho ha pasado de 30 dolares a 350). La diócesis sigue enviando aviones con suministros, medicinas, etc, pero es variable y depende de la lluvia, porque la pista que tienen que utilizar es un barrizal. No se sabe cuando el WFP volvera a volar, dejaron comida antes de irse, pero es muy poco.

El día a día tranquilo, tampoco el trabajo es excesivo porque la lluvia limita algunos días el acceso al hospital. Los expatriados contratados (enfermeras) fueron evacuados, pero ahora comprenden que fue una medida probablemente excesiva, porque insisto, la situacion es tranquila en general, al menos en esta zona concreta (más al sur, entre Kadugli y Talodi, hay algunos combates, pero en esta zona más alta, y más en plena lluvia, es materialmente imposible una invasión armada, y el SPLA está muy fuerte. Es por eso por lo que sueltan bombas, porque saben que no pueden, de momento, hacer otra cosa). La parroquia se llena los domingos. El pasado fue una fiesta porque se celebraba el aniversario del hospital y vino mucha gente. Estuvieron bailando toda la noche. Como en las ultimas semanas el ritmo de bombas bajó tanto (en julio fue lo peor) la gente, según dice, está más tranquila. Lo malo es que es imposible saber qué tiene Bashir en la cabeza, cualquiera sabe.

Ya les dí abrazos y recuerdos de vuestra parte a las hermanas. Están aquí Mari Carmen y RocÍo (mejicanas) y Angelina (ugandesa). En nairobi está Amal, porque era la responsable de las escuelas y están cerradas (no se sabe aún como evolucionará eso). Ví a a la superiora regional, sister Giovanna, tambien en Nairobi.

Tengo que ir pensando en volver porque vuelo a Madrid el 14 y llegar a nairobi desde aquí puede llevar tiempo, por la lluvia y lo variable de los vuelos. imagino que saldre a primeros de la sem que viene, para tener margen. Quedará en una visita de un amigo, nada más, pero aún así nos ha merecido muchísimo la pena. No puede expresarse facilmente.

Un abrazo enorme

Santi

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