“Sí, la miseria es grande y aun así me ocurre a menudo por las noches, cuando el día se va apagando dentro de mí, hondamente, camino con ágiles zancadas a lo largo de la alambrada y siento subir de mi corazón una fascinación —no lo puedo evitar, proviene de una fuerza elemental—: esta vida es maravillosa y grande, tenemos que construir un nuevo mundo después de la guerra”
Etty Hillesum, desde un campo de concentración alemán.
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