domingo, 19 de septiembre de 2010

Con pena y cautela, pero digo sí


He tenido muchas dudas, pero estoy por la huelga general. Las dudas, porque no nos favorece a corto plazo en nada. No pienso en Zapatero y su cohorte política, sino en el ciudadano de a pie, clases medias y bajas, con trabajo o sin trabajo, ¡cuidado que hay muchas diferencias en esto!, y el poco “bacalao” que ahora mismo hay para cortar. Pero se me imponen las razones para tomar postura a favor de la huelga general.

Es posible que la huelga allane el camino a gobiernos futuros más conservadores y asuste a “los mercados”. Hasta ahí puede llegar una situación tan enrevesada. Pero si “la gente” no muestra que le queda la fuerza de la protesta social, hasta “la huelga general”, ¿dónde hallarán algún límite real, ¡no moral, sino real!, las fuerzas sociales y económicas más poderosas que nos han conducido hasta aquí? (Sigue leyendo...)

José Ignacio Calleja es sacerdote y profesor de Moral Social Cristiana en Vitoria.


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