lunes, 9 de agosto de 2010

Antes de que acabe el día


Me gustan las personas que sonríen en las fotos y me ponen nerviosa las poses a lo James Dean. Creo que todavía no he encontrado a nadie que sea más guapo serio que sonriendo abiertamente, pero en fin, la mística del "interesantismo oscuro" también existe y tiene sus seguidores. Creo que por eso me llamó tanto la atención la foto de esta misionera. Cuando pienso en ella, sólo veo una sonrisa que llena toda la fotografía y me entran ganas de reír a mí también.

La mujer de la foto es sor Liliana Rivetta, misionera comboniana destinada a Uganda y a Kenia a finales de los año sesenta. Cuando murió tenía sólo treinta y ocho años e iba conduciendo un jeep repleto de material escolar. Le dispararon al corazón y murió en el acto.

Pero, por suerte, Liliana es mucho más que la forma en la que murió: es cómo vivió. Después de leer testimonios sobre ella, sus cartas y algunos de sus poemas, la definiría como una mujer completamente libre. Libre para amar, libre de ataduras materiales y sociales, libre para entregarse sin reservar absolutamente nada.

"Una de las cosas que siempre admiré de Liliana era su gran libertad, una libertad que sólo poseen las verdaderas hijas del Padre, y su vulnerabilidad, que sería también la causa de no pocas habladurías, incomprensiones y sufrimientos. En su corazón siempre había sitio para los Hermanos y Hermanas. Si sabía que alguien estaba pasando un mal momento, con la mayor naturalidad del mundo decía que iba a verle, sin dar más explicaciones (...) No daba más explicaciones para no poner en evidencia el problema de esa persona, aun cuando de haber comentado "algo" sutilmente, le hubiera evitado algunas críticas y problemas." Hna. Esperanza Rosillo

Otra de las razones por las que siento predilección por esta mujer es por su pasión por el Cantar de los Cantares y la forma en la que entendía su relación con Jesús, por su predilección por los niños y porque hacía carambolas y cualquier cosa inimaginable, si se trataba de que que ellos salieran beneficiados. Bueno, y por uno de sus poemas:

Si tengo que morir, que sea
mientras las cuerdas de mi laúd están aún tensas,
antes de que los pájaros dejen el cielo
y acaben de emitir todo su canto.

Si me tengo que ir que vaya
mientras percibo y siento
que la tierra es aún bella y ardiente
y Dios y yo somos jóvenes.

Si tengo que dormir, que duerma
antes de que más horas se hayan acabado
y las nieves del invierno hayan caído.

Si me he de marchitar, que sea
antes de que mi fe se desvanezca
y la esperanza y yo estemos postradas
bajo cualquier sol matutino.

Mañana 10 de agosto es el aniversario de su muerte: 29 años desde que la asaltaron y acabaron con su vida. Mañana empiezo mis Ejercicios. Yo creo que no es casualidad. Simplemente, nos hemos hecho buenas amigas durante este tiempo y prefiere darme el empujoncito y la enorme sonrisa que esperaría de ella, y que tanto necesito.

¡Hasta la vista!

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir con nosotros la sonrisa y la vida de vuestra hermana Liliana...
    Precioso poema y gran ejemplo de vida
    ¡¡Buenos Ejercicios!!
    Un abrazo y una gran sonrisa, de las de dentro ;-)
    volvoreta

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  2. ¡Gracias, Volvoreta! :D

    Ya estoy de vuelta, armada hasta los dientes: con las herramientas necesarias para empezar a armar el Arca de Noé ;)

    Un besito gordo y apapaches veraniegos...

    Beatriz

    ResponderEliminar

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