viernes, 25 de febrero de 2011

Honestidad.Libertad. Y un sí



El encuentro de este finde ha sido tremendamente especial, por muchas razones, y qué no sé si voy a ser capaz de poner por escrito. Antes de nada, mis disculpas a los que asistieron por si no logro expresar lo que vivisteis o lo que os resonó más...pero, sobre todo, os doy las GRACIAS por haberos animado a venir y compartir parte de vuestro deseo, intimidad, y experiencia de Dios.

En fin...¡allá vamos!

La hora de comienzo de nuestro encuentro estaba prevista para las cinco  de la tarde del sábado. Algunas llegamos un poco antes y aprovechamos para ponernos al día, después de unos meses sin vernos y cuál fue nuestra sorpresa al ver cómo la pequeña capilla se iba llenando y llenando de caras nuevas. Carmen era la encargada de guiar la oración que daría comienzo a nuestro finde misionero. ¿Cuántas veces no nos tapamos los ojos, la boca, los oídos para quedarnos recluidos en nosotros mismos?¿cómo salir fuera del egoísmo y abrirnos a Dios y a los otros? Volver a nuestra realidad, después de haber estado viviendo durante un par de meses en un país de misión nos descoloca y se necesita un tiempo para hacernos de nuevo a la situación en la que vivíamos antes de viajar. Nunca se vuelve igual y, en ocasiones, es muy complicado transmitir a los demás (a nuestra familia, a nuestros amigos, a los que nos rodean) esa experiencia tan íntima y fuerte y nos entrsitece ver que los demás no se entusiasman como nosotros, ni imaginan  que su ayuda puede ser vital para muchas personas de allí.

Al terminar la oración, hicimos una pequeña ronda de presentaciones para conocernos y explicar qué nos había llevado hasta allí: quiénes éramos, qué esperábamos, cuáles eran nuestros deseos para el nuevo camino que muchos iniciaban. El ambiente era distendido, con mucho buen humor y una buena dosis de comprensión y ternura ante los relatos de vida tan variopintos. Éramos un grupo heterogéneo en cuanto a edades, experiencias y búsquedas, pero creo que ése fue precisamente el regalo de este encuentro.

El testimonio misionero nos vino de una mujer extraordinaria, que nos encandiló a todos sin excepción por su coherencia, sencillez, transparencia y sentido del humor: Puri, misionera comboniana, y enamorada de su tierra de misión, Etiopía. Nos explicó cómo nació y se ha mantenido su vocación misionera a lo largo de los años, mantenida en dos valores inquebrantables que sus padres le transmitieron: la honestidad y el compartir con todos los que se acercaban a aquella casa. La honestidad nos lleva a ser responsables y firmes en las decisiones que libremente hemos tomado. Puri recalcó mucho la relación indisoluble entre estos valores, la libertad y la honestidad que te llevan a dar una respuesta afirmativa a la invitación que Dios te hace. Libertad de sentirse amada tal y como es, sin artificios, sin presiones auto impuestas para ser perfecta. El debate se abrió con nuestras preguntas sobre el vivir en comunidad, la obediencia, sobre qué significa "pertenecer y permanecer" junto al pueblo al que has sido enviado, la experiencia de Dios, los deseos, la felicidad o cómo saber si estamos realmente respondiendo a lo que Dios quiere, incluso nuestras dudas a cerca de dónde está el límite entre nuestra libertad y el segumiento de Dios.


Tras la cena con el resto de la comunidad comboniana, subimos al ático para disfrutar de la película "De dioses y hombres". Benja nos prestó a las chicas unos auténticos ponchos andinos para estar calentitas durante la peli. Tras finalizarla, llevamos a cabo nuestro particular cine-forum en el que discutimos las distintas posturas sobrev la película, las consecuencias que de ella extraíamos y cómo podíamos establecer puntos de unión entre la experiencia extrema de sus protagonistas y nuestras viviencias más cotidianas. También nos dimos cuenta de cómo el testimonio de Puri estaba muy relacionado con los temas que se trataban en la película: libertad, fidelidad, honestidad.


El domingo nos traía un rato de oración y silencio sobre el pasaje de Mateo 6, centrado en la oración y en el Padrenuestro. La hermana Rosario se encargó de situarnos el texto, desmenuzarlo y darnos las claves que podrían ayudarnos a adentrarnos en la oración. Tras el retiro y el compartir final, fuimos a celebrar la eucaristía a la parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe...

Creo que todos nos volvimos a casa cargados de ilusión, sabiendo que poco a poco vamos encontrando nuestro sitio y que hay más jóvenes con los que compartir nuestra pasión por la Misión. ¡¡Ojalá nos veamos el próximo finde de marzo y sigamos caminando juntos!!



1 comentario:

  1. Hola Bea!
    Me ha encantado leer el la experiencia del fin de semana que tuvimos este mes. He de decir que aun estamos impactadas, tanto Merce como yo por las cosas que hemos experimentado. Tenemos ganas de volver a veros!
    Un saludo!
    Lucía.

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