Si Dios te cogiera al hombro
y te llevara a casa
y le gritara a sus vecinos
¡La encontré!
Si te bajara suavemente
como se baja a los niños
cuando los llevas a la espalda,
y te dijera
¡He preparado una fiesta para ti!
Tus labios dibujarían
una risa
perfecta
y no dirías nada
Tan sólo te unirías a la música
y cogerías a Dios de la mano
para bailar.
Y los dos
disfrutando de la vida
y los dos riendo
haríais comenzar de nuevo el mundo.
disfrutando de la vida
y los dos riendo
haríais comenzar de nuevo el mundo.
Celebración del Sagrado Corazón de Jesús
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