“La exactitud no es lo mismo que la verdad. Yo puedo ser exacto en la observación que hago de mí mismo - fragilidades, alegrías, deseos, miedos- pero esta observación no implica que sea verdadera. Para que lo sea es necesario que le pregunte a Dios: ¿Y Tú, cómo me ves? Y preguntarle a los otros: ¿Y vosotros, cómo me veis?
La exactitud puede venir de una gran introspección, pero la verdad, la verdad que nos hará hombres y mujeres libres, ésa viene de la relación.”
Traducido del blog "Toque de Deus"
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