Solemos empezar el año con la sensación de que todo lo que nos propongamos se hará realidad. Nos sentimos invadidos por un ánimo invencible, eufórico, casi nos vemos como superhéroes a punto de salvar el mundo de todas las catástrofes.
Por eso no está mal echar la vista atrás y releer la vida de grandes misioneros que "fracasaron" estrepitosamente a ojos de los hombres y que, sin embargo, estaban convencidos de que, a pesar de todos los fracasos y obstáculos, la mano de Dios seguía trazando aquel sueño.
"Todas las grandes obras de la tierra tropiezan siempre con obstáculos y dificultades tan considerables que a menudo son una amenaza hasta para su existencia.
La vuestra, encontrará también enormes obstáculos y oposiciones: habrá momentos en que se os incitará a abandonarla, en que se os presentarán motivos y razones magníficas, plausibles y especiosas para darla de lado.
Rechazadlos sin temor y pensad que vuestra obra es Obra de Dios, y además la obra del siglo, la obra que regenerará a cien millones de desventurados para hacerlos libres y dichosos en la tierra."
San Daniel Comboni
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