"Entregarse a este amor es, por así decirlo, encarnar a Dios, es situarlo allí donde estemos: en nuestro grupo, nuestra ciudad, nuestro país, nuestra Iglesia.
Es convertirse en una fuente extraordinaria de energía espiritual, capaz de trastocar los acontecimientos en proporciones inimaginables."
Madeleine Delbrêl
Tal vez pensemos a veces que ser cristianos "de a pie" nos impide librar batallas, encender revoluciones.
Pero es que nuestra vida debe ser la que prenda e ilumine la vida de los otros, capaz de trastocarla para que llegue a esa "proporción inimaginable" que es la alegría de Dios.
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