jueves, 5 de septiembre de 2013

Dar cuenta del desastre



Cuántas veces nos encargaron algo valioso y se nos cayó al suelo. Y qué angustia en el corazón sólo de pensar que teníamos que dar cuenta del desastre.

Pero entonces llegó nuestro Padre y nos cogió de las mejillas y nos preguntó con una sonrisa: "¿No estarás llorando por eso, verdad?"

Y acabamos de llorar nuestra angustia en su regazo. A salvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails