domingo, 14 de octubre de 2012
La cerilla inservible
A ti no puedo mentirte. No hace falta que te diga que lo único que sé es que sigues por ahí, en algún lugar, pero que hace meses que tu Palabra no me quema. Muchos meses (aunque la mayoría no se haya dado ni cuenta)
Ahora mismo me siento como una de esas cerillas que se reciclan en las oraciones y sirven para encender otras, hasta que quedan inservibles. Sé que he sido de las nuevas que chisporrotean en contacto con la caja, pero ahora no soy capaz de arder por más que lo intente.
No sé qué debo hacer. Si lanzarme a tu búsqueda, esforzarme, correr.
O, por una vez en mi vida, sentarme y no hacer nada.
Sólo esperar a que vengas a por mí.
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