domingo, 23 de enero de 2011

¿Qué hacemos en los encuentros misioneros?




Supongo que algunos de los que os asomáis al blog, os habréis preguntado alguna vez qué hacemos en nuestros encuentros mensuales de jóvenes misioneros. Carmen nos explica cómo discurrió el último de esos fines de semana. ¡Estáis todos invitados al que celebraremos en febrero!

CONVIVENCIA DE ENERO (15-16)

"La mezcla de fe, juventud, experiencia e ilusión, es lo que garantiza el flujo de energía positiva y limpia que hace frente, muchas veces inconscientemente, a lo que el mundo impone hoy. En muchos rincones, iglesias y casas hay gente de buena voluntad, reuniéndose con entusiasmo por seguir descubriendo la Palabra de Dios, por seguir compartiendo experiencias de vida, por conocer personas con las mismas inquietudes o que van contracorriente, cuando la corriente hoy es más fuerte que nunca.

Esto es lo que pasa en los encuentros de jóvenes en casa de las combonianas. Lo primero y más significativo, es que vuelves siempre diferente, y eso es garantía de que lo que ha sucedido esos dos días es algo importante. Tenemos la compañía más preciosa, la de un Jesucristo, encantado de ser protagonista de pensamientos, experiencias,reflexiones y sueños.

Este mes hemos tenido la suerte de ser más gente (poco a poco crecemos) y de poder compartir en cada encuentro un poco más de nosotros mismos.

Comenzamos con una oración muy bonita, preparada por Bea, que entre titulares, lectura y canciones dio inicio a lo que sería un tiempo de silencio muy enriquecedor. Pusimos sobre la mesa la actualidad, dura y ausente de amor, para después acariciarla con la oración que Dios nos dedica a cada uno de nosotros.

A continuación Jorge y Alexia, un matrimonio de jóvenes comprometidos, nos dejaron a todos con la boca abierta, no por sus aventuras (muchas), sino por el espíritu con el que las viven. Recién llegados de Mozambique, nos quisieron hablar de ésto y de lo que está siendo la verdadera misión de su vida: “cumplir en cada momento la voluntad de Dios”. Así nos lo transmitieron, una misión no es un viaje aislado, ni un periodo corto de entrega, la misión del cristiano es estar a la escucha constante de la voz del Padre. Por eso su entusiasmo es contagioso, porque no hay nada más auténtico que una persona que se siente amada por Dios.

Juntos y por separado, han estado en muchos países contemplando en primera línea la realidad del mundo. Con su matrimonio, unificaban el camino y seguían caminando hacia nuevos destinos: Etiopía, Mozambique....alternando con experiencias tan humanas como la de estar en una casa con adolescentes provenientes de familias desestructuradas, en Madrid. En definitiva, pudimos compartir con mucha alegría, su generosidad, sus ilusiones y su fe, todo vivido en pareja, y realmente fue una tarde fantástica.

El sábado terminó con la hospitalidad “única” de la comunidad de Combonianas de Madrid, cenando todos juntos en el comedor. Y después buscando la unidad de los hermanos en la vigilia por la paz.

El domingo amaneció de la mejor forma posible, con otro ratito para el Señor, en la capilla. A continuación la catequesis, que dio Expedita, hablando de la paz, y del hermoso mensaje de Jesucristo, de no devolver violencia, sino pedir por la transformación del agresor. Y como los cristianos debemos ser un freno, ante la deshumanización y la falta de amor y de perdón.

La reflexión no podía ser otra, que un análisis sobre nuestra propia violencia, esa que no se ve en los puños, sino en malas contestaciones, indiferencias, gestos, etc. Compartimos cosas interesantes, los que estábamos allí, y fuimos a llevar todas las conclusiones al altar, a celebrar la Eucaristía todos juntos.

Y con ese gustillo en el corazón, por las cosas descubiertas y una sonrisa en la cara, nos despedimos, nos vamos cada uno a su rincón, y en febrero nos volveremos a encontrar...si Dios quiere,claro."

Carmen

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