Este verano, durante dos meses, estuve viviendo en la misión que las hermanas combonianas tienen en Zambia: más concretamente en Mongu, al oeste del país y en Kalabo, cerca de la frontera con Angola.
Es difícil explicar realmente lo que experimenté allí, que va más allá de las mil y una anécdotas o de las "grandes cosas" que desde España podemos imaginar de los misioneros y de África. Es muy sencillo y muy complicado a la vez, incluso aunque dentro de poco haga un año que me fui y, supuestamente, ya me ha dado tiempo a digerirlo todo. Se parece más a cuando te enamoras y, conforme va pasando el tiempo, descubres en él un nuevo lunar, una arruguita detrás de la oreja, una manera distinta de sonreír, y vas guardando todos esos detalles insignificantes que no viste en un principio, pero que te hacen feliz. Que antes, cuando lo conociste, no sabías pero intuiste al decirle "Quiero quedarme contigo".
La verdad, no quería volverme de Zambia.
Pero tuve que volver. Y aquí estoy.
Dicen que parte de la misión consiste en contar lo que has vivido allí, lo que has visto, contagiar a los demás aquello que te hizo feliz. Yo lo he experimentado de una forma tan vívida, que tengo que reconocer que es cierto. En gran parte, creo que la misión era venir y contarlo...y ver cómo ha cambiado mi vida, cómo se ha convertido en la "lucecita" que me ha hecho agarrarme a la Vida, cuando todo a mi alrededor no era más que un pantano.
Y para que podáis verlo por vosotros mismos, os dejo el video que me acompaña cuando voy a dar testimonio de lo vivido. Espero que os llegue, al menos, una parte de la alegría que yo sentí.
Beatriz
Increíble el video Bea!! Lo pongo en mi facebook con tu permiso!
ResponderEliminarHola Beatriz! Mi novia y yo somos unos locos de África, hemos estado de voluntariado en varios países y este agosto nos queremos ir de misión. Acabo de descubrir tu blog y vaya alegría!!
ResponderEliminarMe encantaría preguntarte muchas cosas, cómo me puedo poner en contacto contigo? Un abrazo!