De la docilidad nació la eficacia. Los discípulos aceptaron ser personajes secundarios para que Jesús fuese el principal, se dejaron guiar por él y cumplieron hasta con aquello que podían parecer consejos absurdos: "Echad las redes al lado derecho de la barca".
¿Cómo les sabría aquella cena, junto al mar? ¿qué seríamos capaces de llevar a cabo, si le hiciésemos caso a Jesús? ¡hasta lo imposible, sin duda!
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