FE + MISIÓN= 25 AÑOS DE “MILAGROSA DEBILIDAD”.
Ayer, en la Parroquia de Santa María Micaela de la Chana, el Domingo Mundial de las Misiones tuvo un “sabor especial”. Ese saborcillo que tienen las cosas auténticas, bien hechas, a fuego lento, con “amor de madre”… El “saborcillo bueno” de 25 años de vida consagrada al “Dueño de la mies” para caminar junto a su pueblo elegido. Sí, además del Domund, nos unimos para celebrar y dar GRACIAS a Dios por el 25º aniversario de vida consagrada de la Hermana PalmiraMagalhães.
Fue una celebración sencilla y bonita, llena de color y de música, repleta de alegría y de gente… “muy de Palmira” y sobretodo, “muy de Dios”.
Partiendo del lema de este año: FE + CARIDAD= MISIÓN, y “exprimiendo” lo mejor de la Palabra, Palmira compartió con la gente de la Chana el don desproporcionado de su vocación como Misionera Comboniana: “un regalo muy grande, para un cacharro muy frágil”. Nos arrebató el corazón con su testimonio de VIDA BENDECIDA, ENTREGADA y COMPARTIDA con el pueblo cindao de Mozambique. Nos instó a reavivar nuestro ser misionero, impreso en nosotros desde el bautismo, y nos empujó a buscar la justicia del Reino de forma insistente, como la viuda del Evangelio.
Escuchar a esta mujer, tan pequeña y tan grande a la vez, compartiendo con la comunidad el don más grande de su vida: la Buena Noticia del Reino, fue un verdadero regalo para todos los que estuvimos allí.
Después de la Eucaristía, la celebración continuó compartiendo palabras, risas, cantos, danzas y un pequeño “piscolabis”.
Para esta “pequeña comunidad” del postulantado de Granada fue un día grande: porque la casa se ensanchó aún más (se triplicó el número de hermanas presentes normalmente en casa), porque este “pedacito de Granada” fue aún más misionero, porque el regalo cotidiano que es Palmira para nosotras se convirtió en un regalo extraordinario para todos, porque aunque Comboni ya esté con el Padre, su obra, que es la Obra del Padre sigue haciéndose realidad en un “cacharro” tan pequeño y tan grande como Palmira.
A ella y a todas las hermanas que junto a ella celebran 25 años de “síes” cotidianos a Dios y a los pueblos más “pobres y abandonados” ¡GRACIAS!
La comunidad del postulantado de Granada.
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