Sé que nadie tiene tiempo de leer nada más largo que un párrafo aquí en Internet. Y que todos andamos a la carrera, y que hasta de las noticias sólo leemos los titulares.
Yo todo eso lo sé.
Por eso me gustaría pediros que esta carta del padre Ángel al presidente de la Comisión europea, Durão Barroso, la reservarais para la noche y que la leyerais como si fuese una oración.
Dios nos escucha (y espero que el corazón de los poderosos, también)
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