martes, 26 de junio de 2012

En el corazón de Dios



Nuestro último reunión “combojoven”  fue esta vez en Granada. Las horas de viaje en autobús ni se notaban por la alegría del reencuentro y así es como asistimos a la eucaristía en la que celebramos el día del Sagrado Corazón de Jesús y la renovación de los votos de dos hermanos y un sacerdote comboniano, una celebración en la que vuelven a darle un sí generoso y agradecido a Dios, que les sigue llamando a la misión.

Al día siguiente teníamos que madrugar para hacer la oración de la mañana, en la que se nos asignó al azar una “Galilea”, a propósito de aquello que mandó Jesús:  “ Id y anunciad a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán.” Mt 28, 7-10. Cogimos el bus….y ¡para el centro de la ciudad! Allí nos pusimos a buscar nuestra particular Galilea : Los turistas, los jóvenes, los ancianos, los que piden en la calle, los niños, la gente… 

Personalmente esta experiencia me gustó muchísimo. Hice una cosa que no suelo hacer nunca, que es observar a los turistas… Observar cómo actuaban, cómo vestían y en las cosas en las que se fijaban… Después de estar mucho tiempo parada, tomando notas en mi libreta, y cambiando de situación en cuanto sospechaban que les estaba estudiando, puedo decir dónde vi al resucitado en los turistas. Su capacidad para recrearse en todo lo que ven, sus ganas de disfrutar de todo lo que les ocurre, su tiempo infinito para CONTEMPLAR lo que les rodea. Entendí que debo contemplar más las maravillas que Dios me regala, y aun más en este verano de experiencia en misión que me espera en Egipto.

Tras "encontrar" nuestras Galileas en el Albaycín

Pero bueno, volvamos a Granada. El sábado por la tarde vinieron el padre Joselín  y el hermano Alex , ambos combonianos, a casa de las combonianas a dar su  testimonio de misión. Fue realmente impresionante escuchar de primera mano cómo nació su vocación religiosa y la manera en que Dios habla a través de hechos concretos en la vida. A mí me impactó escuchar las dificultades que se encuentra el misionero en Latino América, pero sobretodo las condiciones tantas veces indignas en las que viven los pobres allí.

Beatriz y Álex, misionero comboniano
Después tuvimos la eucaristía en la capilla de las combonianas. Fue una celebración muy familiar, y pudimos compartir un poco lo que habíamos visto en aquel día. No sé que pasó en aquella eucaristía que salimos todas muy contentas y estuvimos haciendo fiesta con la gente de la parroquia a la que se les entregaba diplomas por superar el curso de español para inmigrantes, el curso de informática y manualidades y electricidad.

Por la noche vimos una película que resumiría nuestro día: Maktub. La historia de cómo el encuentro con los demás nos hace cambiar y descubrir dónde se hace real el Amor de Dios: En nuestra relación con el vecino, la familia, el extraño, el jefe…

El domingo fuimos a la casa de los combonianos dónde la hermana Palmira nos dio una catequesis sobre el Corazón de Jesús y el significado que adquiere en la Bilblia así como la importancia que supuso para la vocación de Daniel Comboni. Después de un rato para dejar reposar la palabra escuchada pudimos compartirlo en la capilla y agradecer alegremente lo que estos encuentros han supuesto a lo largo del curso para cada una de nosotras. Aunque no estaban allí todos los que habían participado de los encuentros, los recordamos con cariño y reconocimos la gracia que tiene Dios para atraer a las personas hacia Él, cada uno a su manera.

Agradecidas por todo lo que las hermanas nos han dado en esta temporada: tiempo, cariño, paciencia, dedicación , sabiduría, sencillez…Nos despedimos de este fin de semana para empezar cada uno su verano, en el que sin duda seguiremos encontrándonos con Jesús resucitado, que aparece siempre en los demás.


Lucía Fonts

¡Este grupo no tiene punto y final!
¡Gracias!



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