Hemos recibido esta carta de una misionera, desde su misión en los Montes Nuba (Sudán). Se ha suprimido su nombre y la localización exacta de la comunidad, para no acarrearles más problemas de los que ya están viviendo.
¡DIFUNDE Y ORA!
Muchas gracias por hacernos saber que algunos se están moviendo al menos para hacer conocer la situación de nuestro querido pueblo Nuba. Muchos periodistas han venido a visitarnos, a entrevistar a los heridos, han tomado muchas fotos pero los bombardeos siguen, los heridos no se hacen esperar.
Apenas el sabado recibimos a dos heridos de bomba una mujer joven, que durante el bombardero perdió a sus dos hijitos, y a un pequeño, Chalo que perdió a su mamá. Ellos están en condiciones de salud muy serias. No sabemos qué clase de bombas están usando pero seguramente son diabólicas. Sus cuerpos fueron consumidos en gran parte por las terribles quemaduras que tienen. Dios, que es grande y hace milagros entre su pueblo los mantiene con vida después de que sus seres queridos fueron asesinados inmediatamente. A veces perdemos la esperanza de que ALGUIEN HAGA ALGO. La gente se pregunta, ¿pero es que Dios nos olvidará? ¿no responderá a nuestros gritos?
Por otra parte el hambre no se hará esperar mucho, ya que la gente no cultivo la tierra como lo hacen generalmente. El miedo a los bombardeos les impidió trabajar la tierra. Así es que la comida ya se está acabando y en algunos pueblos vecinos ya hay gente que esta muriendo de hambre. La estación de las lluvias esta por llegar y la asistencia con comida de parte de la diócesis se va a parar. Ahora los aviones vienen de Yida, seis horas de camino. Como te imaginarás los caminos son terribles y prácticamente desaparecen con las lluvias. Nos quedaremos más aislados...
La situación es muy difícil, y tristemente aun quien pudiera apoyarnos no lo hace. Para quien no ha vivido esta situación u otras de dolor no es posible entender lo que aquí la gente o nosotras podemos vivir. Al final, sabemos que cada una de nosotras aquí esta haciendo su propia experiencia de pasión, muerte y resurrección junto a la gente.
Muchas gracias otra vez y sigue rezando por nosotras lo necesitamos mucho.
Un abrazo.
Firmado por una misionera
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