jueves, 8 de diciembre de 2011
Gracias, María
Gracias, María, por tu libertad interior.
Gracias por anticipar nuestro destino.
Gracias por enseñarnos el rostro de una mujer creyente
que, aunque necesite preguntar y encontrar respuestas,
siempre está abierta a la Palabra.
Gracias por tu total disponibilidad que permitió nacer a Dios.
Actitud que propone el Nuevo Testamento
como la más adecuada para recibir y vivir el Reino.
Gracias por enseñarnos el valor de la libertad en nuestros actos.
Por ser ejemplo de diálogo.
Por aceptar el proyecto de Dios,
en el que desde el principio ha habido una MUJER.
¡GRACIAS!
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