lunes, 19 de enero de 2015

Lo que ocurrió cuando me rendí



"Siempre que me rendí a Dios, Dios hizo maravillas en mí. Siempre que me rendí a Dios, le di el espacio que me pedía para hacer mucho más y mucho mejor de lo que yo le pedía. Siempre que me rendí a Dios, Él me inundó con un Amor sin principio ni final. Pero tuve que rendirme y eso a veces me desgarra por dentro porque implica no sólo desistir de lo que creo que puede ser lo mejor para mí, sino confiarme plenamente a Alguien.

(…) Pero, una vez más me pregunto, ¿por qué resistirnos a quien más nos ama? Si amases mucho a alguien que te ama, ¿pensarías siquiera en resistirte? No, no se piensa: se responde con Amor al Amor que nos ofrece. El problema está en la desproporción asustadora del Amor de Dios, que puede tanto generar movimientos de Amor, como movimientos de resistencia al que sabemos que nunca podremos querer igual. Pero poco es siempre mejor que nada. 

Necesitamos tener esa iniciativa de pobre para que Dios tenga una apertura por la que transformar lo poco en mucho, en más, en vida. Porque Dios no espera ni mucho ni poco de nosotros: sólo espera lo que sabe que podemos dar.

Nos resistamos lo que nos resistamos, ni por esas Dios se cansa: somos irresistibles para su Amor."

Andreia Carvalho

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails