La semana pasada, la ambulancia fue llamada para transportar a Nachap, una joven madre de 25 años, embarazada de 8 meses, encontrada sin sentido, por su marido. Por desgracia su estado era muy grave, aunque si el feto estaba aún vivo. Practicamos la cesárea y conseguimos salvar al niño, que las enfermeras del hospital llamaron Judas Tadeo, como el santo llamado de las causas imposibles. Pero desgraciadamente Nachap no sobrevivió a la operación.
¿Cuántas son las mujeres que mueren por enfermedad o por parto? Las estadísticas no son muy precisas, pero sabemos con certeza que son muchas las mamás, en el Karimojong, que mueren por distintos motivos, en este caso por vivir demasiado lejos del hospital, o bien por ser fieles a la tradición que quiere que la mujer dé a luz en casa y sola. Esto es lo que la mayoría de ellas trata de hacer, por lo tanto cuando surgen complicaciones llegan en condiciones tan graves, como Nachap, de no poder hacer nada por ellas.
En nuestro hospital hay una media de 1000 partos al año, correspondientes al 18% de los partos de la región. El hospital S. Kizito de Matany (Uganda), pertenece a la diócesis de Moroto y está situado en una de las regiones más olvidadas y pobres de Uganda, el Karimojon. La obra fue iniciada por las Hermanas Misioneras Combonianas en los años 70. Se comenzó con un simple dispensario, y hoy existe un hospital capaz para 284 camas, con servicio de hospitalización, prevención, Escuela de Enfermeras y Obstétricas.
El hospital S. Kizito, a pesar de que se considere un hospital rural, en realidad funciona como el regional. A causa de la falta de servicios sanitarios en la región y por la pobreza de los habitantes, son muchas las personas que provienen de otros distritos, además porque el costo de nuestros servicios es asequible a la población. Aquí, los pobres encuentran siempre un médico y reciben las curaciones del caso; pueden obtener un diagnóstico y las terapias necesarias a un precio accesible gracias a la contribución de nuestros amigos y bienhechores.
La misión de nuestro hospital es la de garantizar los servicios sanitarios a los estratos más vulnerables de la población, en particular las mujeres y los niños. Por esto los costes de los sectores de maternidad y pediatría se pueden considerar simbólicos, por no decir gratuitos. Por ejemplo: en pediatría, un niño hospitalizado paga el equivalente a 15 céntimos por las visitas, las terapias, la comida y todo lo que necesita.
En el sector Maternidad, un parto normal o una cesárea cuestan menos de un euro.
¿Por qué todo esto? Como se ha citado, según la tradición local, la mujer es considerada una buena madre si consigue parir sola en su casa. Es por esto por lo que sólo el 18% de los partos son seguidos por una partera local. El mismo tanto por ciento se da en el hospital y en los centros sanitarios periféricos. El resultado es que la mortalidad materna nacional se calcula en 700 muertes en 100.000 partos, mientras que en el Karimojong es de 435 muertos en 100.000 partos. En realidad, el número de los decesos sea probablemente mucho más alto de los datos referidos más arriba.
Con este proyecto, queremos convencer al mayor número posible de madres del Karimojong para que vengan a parir a nuestro hospital y así contribuir con nosotras, a salvar a muchas mamás y a sus hijos.
Como reto a las convicciones locales, quisiéramos poder continuar a ofrecer servicios prenatales gratuitos, más un pequeño regalo a los recién nacidos y a las mamás que eligen dar a luz en un ambiente que ofrece dignidad y seguridad. Los regalos pueden incluir: 1 kilo de azúcar, una pastilla de jabón, una mantita para el bebé y un corte de tela para la mamá. Son cosas sencillas pero que, en nuestro ambiente, representan un lujo.
Que Dios nos inspire y nos ayude a hacer disminuir la muerte y el dolor, a hacer crecer la vida y la gracia por Su gloria y la felicidad de sus hijos e hijas.
María del Rosario Marinho, misionera comboniana
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