sábado, 21 de diciembre de 2013

María, precioso consuelo de los misioneros



En una pequeña tarjeta de bienvenida, que mostraba a una sonriente mamá indígena con su bebé, se podía leer esta linda frase que ha marcado la temática de este encuentro. Fue uno de los títulos que Comboni le dio a María.

Después de saludos y presentaciones comenzamos nuestro fin de semana rezando con el evangelio de la anunciación en una oración preparada por Lucia. Rezando entorno a la figura de María, le pedimos al Padre que nos ayude a seguir su ejemplo. Continuamos haciendo un recorrido por el año litúrgico de la mano del hermano Jesús. 

Apoyados en una imagen de Fano, fuimos profundizando en cada uno de los momentos del año: el sentido, los símbolos, los colores, las fiestas y días importantes, y sobre todo, lo que en cada uno de ellos se nos propone. Algunos nos invitan a prepararnos para un momento importante, a estar alerta y alegres por lo que viene; otros a reflexionar más sobre nosotros mismos y buscar la conversión; otros a tender a la sobriedad y el silencio, y revivir sus últimos días; otros a proclamar el Evangelio con alegría; otros a profundizar en la vida pública de Jesús y a ponerlo todo en práctica; y alguna cosilla más que seguro me dejo.

Y...¡A COMER! Lo mejor de hacer estos encuentros en las casas de los misioneros, en este caso, de las hermanas, es poder compartir las comidas con ellas. Nos repartimos en mesas pequeñas y tenemos la posibilidad de preguntar e indagar por las misiones en las que estuvieron y, tirando del hilo, sobre todo lo que tu curiosidad sobre estos países y la misión te pida. Qué bonito tanta vida compartida con la gente en la misión y ver el brillo en sus ojos al recordar todos esos momentos especiales. 

En estos encuentros los tiempos muertos o de descanso son bien aprovechados. Es bonito que conforme pasan los encuentros las personas nos vamos conociendo  y surgen momentos más distendidos donde preguntas y cuestiones interesantes de la vida cotidiana salen a la luz. Es un momento distendido de seguir compartiendo y caminando junto con el otro. 

Después de abrir boca al medio día, por la tarde disfrutamos de los testimonios de Mercedes e Isabel que entre bromas y sonrisas nos contaron los sabores y sin sabores de su experiencia. Era el momento de saciar nuestras ansias de conocer e interpelarlas sobre sus mejores o peores momentos, como sintieron la vocación o cuestiones relacionadas con la realidad político-social o cultural de esos países. Frases como “saber florecer donde Dios te ha sembrado” o “cogeros a Jesús y no os preocuparéis por nada más” resonaron con especial fuerza; aunque de lo que más emocionó y gustó fue cuando Mercedes dijo que “si Dios la hubiese querido de otra manera, la hubiese hecho diferente” y que “si volviera hacia atrás haría exactamente lo mismo”. Ojalá muchos de nosotros podamos decir algo así a sus años. 

Con Mercedes


Después de los testimonios que tanto nos entusiasmaron, tuvimos un rato de oración donde cada uno pudo compartir, a través de un símbolo, el tiempo litúrgico que más le había tocado y por qué. Qué poquito basta para compartir en presencia del Señor.

Concluimos el sábado con una vigilia llevada por Loli (Laica Misionera Comboniana). El espíritu conspiró para que la anunciación volviera a ser objeto de nuestra reflexión. Pero Loli le dio un giro que marco bastante diferente y nos guió por caminos distintos a los que suelen surgir con este evangelio. Como siempre, que riqueza el que cada uno pueda aportar su visión de la cosas y convierta un evangelio conocido y a lo mejor hasta un poco “trillado” en algo nuevo. Ahora nos centramos en una María a la que surgen dudas y miedos, como nos pasaría a cualquiera ante semejante proposición. Se nos invitó a compartir nuestros miedos y encender, a modo de símbolo, velas negras por ellos. Al final esas velas negras que entre todos encendimos, se transformaron en luces que formaban la palabra FE. [XQ] Concluimos con una oración de gran intensidad y rabiosa actualidad que, como no, nos ofrecía Casaldáliga titulada “Santa María, nuestra liberación”. Me gustó mucho que Mercedes, se uniera espontáneamente a la oración y la compartiera con nosotros.

El domingo unimos el rato de oración con la catequesis que nos preparó Omaira titulada “¡¿Esperando con María…?!” donde volvimos a revisar la anunciación, poniéndonos en su situación en aquel momento y repasando cositas que ya habían ido surgiendo a lo largo del fin de semana, y viendo la importancia de esa espera, esperar confiando siempre en Dios. Porque si confiamos, todo saldrá; pero ¿permito que Él actúe en mí?, ¿me hago discípula como María o decido ir por donde yo quiero sin contar con Él? Quizás es un buen momento para que te lo preguntes tú también. 

“Y sin embargo –dijo el Papa Francisco –antes todas esas dificultades y sorpresas del Plan de Dios, la esperanza de María nunca flaquea.”

Este rato con Omaira también hicimos un repaso sobre lo que era María para Comboni, la gratitud que hacia tenía y lo acompañado que se había sentido; y también repasamos lo que María representa hoy en día de la mano de unas fantásticas citas de Pagola. 

En la capilla donde había rezado y compartido tantos momentos a lo largo del fin de semana tuvimos una eucaristía sencilla e intima dirigida por el Padre Juan Antonio, en la que compartimos el pan y el vino y destacamos todas esas ideas que bullían en nuestras cabezas y esos sentimientos que se encontraban en nuestros corazones después del encuentro. Al terminar, elevamos nuestras manos para bendecir a nuestra hermana Omaira y desearle todo lo mejor en su nuevo destino.



No quiero terminar sin agradecer enormemente el trabajo que algunos habéis hecho para que este encuentro fuera realidad. Gracias por la dedicación y el cariño que le habéis puesto a todo y también gracias a las hermanas combonianas que, como siempre, nos brindan su maravillosa hospitalidad.

¿Qué, siguen resonando en ti todas esas preguntas? ¿Te animas a plantearte con nosotros éstas y otras muchas cositas en el próximo encuentro? Sólo te diré que el de enero es en Granada, ¡así que seguro que ahora sí te convencí!

¡Ya llega...
                         ....El que todos esperábamos...
                                                                          Para habitar entre nosotros...
                                                                                                                               FELIZ NAVIDAD! 

Aitana Sevilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails