"Señor, que no deje jamás de buscarte,
que busque ardientemente tu rostro.
Dame fuerza para buscarte.
Tú, que me has hecho ya encontrarte
y que me has dado la esperanza
de encontrarte siempre un poco más,
Señor, Dios mío, concédeme
que me acuerde siempre de ti,
que te conozca y te ame."
Agustín de Hipona
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