lunes, 30 de abril de 2012

La escuela de los descalzos




En Rajastán, en la India, una escuela extraordinaria prepara a mujeres y hombres del campo –muchos de ellos analfabetos– para que lleguen a ser ingenieros solares, artesanos, dentistas y médicos en sus propias aldeas. Se llama Barefoot College (Escuela de descalzos) y su fundador, Bunker Roy, explica cómo funciona.

 



domingo, 29 de abril de 2012

¿Me voy a morir, doctor?


Cuando Tú llegas




Llegas,
acampas en mi tierra,
sacudes mis cimientos,
rompes mis fronteras
abres mis encierros.

Llegas
y avivas el hambre de Dios,
de verdad, 
de hermano,
de justicia, 
de vida.

 Llegas
y amas mi pobreza,
mi ayer entero
el ahora en su calma
y su tormenta,
el mañana posible.

 Llegas
y conviertes el sollozo en fiesta,
la muralla en puerta,
la nada en poema. 

Llegas
cargado de Ti y de otros,
palabra con mil promesas
humanas y eternas…

Llegas,
despiertas el amor dormido,
y te quedas.

sábado, 28 de abril de 2012

Un Dios que libera a los cautivos



“Todos oran”, dice Ann y Barry Ulanov en la primera frase de su libro Primary Speech (Primer Discurso). Esta fue la experiencia que tuve durante este tiempo pasado de Cuaresma en una prisión de mujeres en Lusaka, Zambia (África). 

Todo empezó un día cuando fui con un grupo de Hermanas para llevar alguna ropa a las mujeres prisioneras y a participar en la celebración Eucarística en la prisión. Durante la misa me preguntaba que sería para aquellas mujeres el contemplar y sentir la presencia de un Dios amoroso en la prisión. Por eso pensé que sería una buena idea el invitar a las mujeres a hacer un retiro guiado individual, que consistiría en que se dedicaran a orar por 30 minutos cada día, contemplando el pasaje de la Escritura, según cada una pudiera, y estar preparadas para compartir su oración cada día con un guía de oración. Nosotros nos comprometeríamos a ir a la prisión para ver a cada una de ellas por 8 días. 

Antes de que la misa terminara les pedí que consideraran la idea y aquellas interesadas podrían dar su nombre y el idioma que quisieran para hacer este retiro. Me encantó ver que 63 de ellas habían firmado para hacer el retiro. Con ese número nosotros necesitábamos ir allá con un buen equipo. Debido a sus compromisos de trabajo cada guía de oración podría sólo acompañar cerca de cuatro personas durante un retiro. Eso significaba que nos tomaría varias semanas para permitir que todas las que querían hicieran el retiro. De esta manera yo, con otros dos guías de oración que estaban disponibles esa semana, fuimos por vez primera a dar Retiro Guiado individual a aquella prisión. 

Acostumbrados a tener un cuarto privado para encontrarnos con personas que hacen retiros, tuvimos que hacer tremendos ajustes para tener un mínimo de privacidad. No hubo un lugar privado para encontrarnos y uno de nuestros lugares fue debajo de un árbol de mangos donde varias actividades eran llevadas a nuestro alrededor. Algunas prisioneras estaban lavando su ropa bajo el grifo, otras estaban cosiendo, otras cocinando, etc., todas bajo la mirada de la policía que vigilaba a las prisioneras. Un día que llovió nos aglomeramos juntas en un pequeño pasillo. 



Escuchar se hizo difícil, sin embargo valió la pena el sacrificio ya que las participantes compartieron sus experiencias de oración con un pasaje de las Escrituras. Una dijo: “Yo nunca tuve el valor de hablar abiertamente con alguien sobre mi vida y sobre dónde he estado, esta experiencia me ha dado un sentimiento de libertad”. Otra comentó: “Siento que un fardo pesado ha sido quitado de mí”. Alguien más: “Sentí que no estaba ya más en la prisión”. Otra: “Muchos predicadores han venido a predicar acerca de la Biblia, pero nadie nos ha guiado para contemplar un pasaje y así considerar que este está dirigido a mí personalmente”.

 En general, las mujeres sintieron que había una atmósfera totalmente diferente en las celdas en esas semanas en que el retiro se daba; ellas sintieron que Dios estaba con ellas. Varias de ellas encontraron todo el ejercicio edificante pues veían a sus compañeras levantarse a las 2 de la mañana a hacer su oración. Ese era el único tiempo cuando ellas podían tener un poco de privacidad para estar a solas con Dios. 

Yo estaba profundamente conmovida por esta experiencia y sentí que era un grande privilegio el escuchar las oraciones de aquellas mujeres así como el guiarlas para encontrar al Jesús de los Evangelios, que fue muy misericordioso con las mujeres que estaban oprimidas y que al igual que algunas de ellas fueron condenadas injustamente. Agradezco sinceramente a los bienhechores que, por su gran generosidad, nos han permitido llevar adelante este ministerio de formación de guías de oración y el dar estos retiros. 

Hna. Leonor Torres cms

La misión desde la pobreza




Cayó ayer en mis manos un breve escrito de Enrique Bartolucci, misionero comboniano, titulado "La misión desde la pobreza. Una audacia de Puebla". Solemos pensar que para dar tenemos que tener (mejor aún, sobrarnos), pero lo cierto es que la lógica que Dios nos muestra no coincide en absoluto con ese axioma. 

Esta reflexión sobre la misión tiene su origen en la necesidad de que los cristianos de América Latina salgan de sus fronteras para anunciar también ellos el Evangelio, después de ser durante siglos "tierra de misión". Es verdad que sus palabras están escritas para un público muy concreto, pero creo que puede aplicarse también a nuestra situación actual, aquí en España. 

Con esta crisis que tenemos encima, no es difícil oír que con la que está cayendo ya tenemos suficiente "misión" aquí y que no hay que irse fuera para "ayudar". Primero, que la misión ad gentes es mucho más que "ayudar"; segundo, porque podemos y debemos dar desde nuestra pobreza material, de recursos, de números. Porque, en definitiva, no hay dos iglesias (una que da y otra que recibe, o una más preparada y otra que debe ser enseñada) como no hay dos mundos, sino que somos sólo una en comunión (en unión) Nunca seremos lo suficientemente pobres, ni lo suficientemente necesitados, como para no poder dar todo aquello que tenemos.

"Si somos Iglesia, no podemos escondernos, no podemos defendernos, no podemos aislarnos (...) El precepto del Señor de ir a todo el mundo no está condicionado a nada. No hay que esperar que primero todas nuestras gentes hayan sido totalmente evangelizadas. Si Pedro y Pablo y los demás apóstoles hubiesen puesto tales condiciones, o hubiese interpretado tan tímidamente el precepto del Señor, hoy en día la Iglesia católica seguiría estando circunscrita a la ciudad de Jerusalén y alrededores.

Dar desde nuestra pobreza significa dar las riquezas evangélicas que son propias de los pequeños, de los pobres, para que la misión sea más sencilla; en una palabra: más evangélica. Una misión que ofrezca a toda la Iglesia, con sencillez, el testimonio de nuestra opción sincera en favor de los pobres; una misión que multiplique nuestra presencia entre los que cuentan menos a los ojos del mundo; que redescubra, como forma auténtica y privilegiada de evangelización, el testimonio de la vida, renunciando a los medios que nos hacen parecer ricos y poderosos y, por ello mismo, nos alejan de la gente sencilla; una misión que prefiera los medios humildes, que sea fuerza de vida, como la fuerza de la pequeña, pero ubérrima semilla o de un poco de levadura que fermenta toda la masa.

Significa ver la realidad con ojos distintos, anunciar el Reino con otro tono de voz, utilizando otros sistemas, otros medios, que se apoye no sobre una superioridad cultural o económica, sino sencillamente sobre la fuerza del Evangelio."

miércoles, 25 de abril de 2012

Derecho fundamental de TODOS





Desde nuestro blog, suscribimos el manifiesto lanzado por SOS RACISMO ante el decreto del gobierno que restringe el acceso a la sanidad a todos los inmigrantes irregulares de nuestro país. Y es que declaraciones del tipo la sanidad universal "no es para el universo mundo, sino para los españoles y para los que residen aquí" por parte del portavoz del gobierno, le hielan la sangre a una.


¡La salud es un DERECHO, vengas de donde vengas!


"Comunicado de la federación estatal de SOS RACISMO sobre la restricción en el acceso a la sanidad a los inmigrantes en situación irregular.  

En el Congreso de Ministros del día 20 de abril de 2012 se ha presentado el proyecto de Decreto Ley de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud en el que se contempla una modificación de la actual Ley de Extranjería a fin de introducir como requisito para el acceso a la sanidad la necesidad de estar en situación de residencia legal.

 Sin perjuicio de conocer más detalles sobre la propuesta que ha sido adelantada por la Ministra de Sanidad en comparecencia posterior al Consejo de Ministros, todo parce indicar que tomando como excusa la limitación de lo que se conoce como “turismo sanitario” que afecta sobre todo a ciudadanas y ciudadanos de la Unión Europea, el gobierno pretende llevar a cabo un retroceso en el derecho a la sanidad para la población inmigrante en situación irregular.

 El derecho a la sanidad en su actual configuración procede de la vigente Ley de Extranjería, (Ley Orgánica 4/2000) y supuso la plasmación legal del acceso a la salud como derecho universal al margen de la situación administrativa de las personas. Tras la desaparición hace un mes del Fondo de apoyo a la Acogida e Integración de Inmigrantes señalábamos nuestro temor a que esta medida no fuera un capitulo aparte sino el comienzo de una serie de limitaciones en el acceso a derechos sociales que no harán sino alejar a los inmigrantes de la integración entendida como igualdad de derechos.

 Por todo ello, desde la Federación estatal de SOS RACISMO consideramos que la restricción en el acceso a la sanidad a los inmigrantes en situación irregular: Supone un grave retroceso en la conquista de derechos sociales por parte de la población inmigrante de este país. Es una medida inconstitucional a la luz de la sentencias que el Tribunal Constitucional dictó en el año 2007 contra un intento similar por parte del partido popular de restringir el acceso a derechos fundamentales para el colectivo de inmigrantes en situación irregular.

 La crisis económica, a pesar de su crudeza, no puede ser excusa para vaciar de derechos a las personas migrantes con lo que ello conlleva de fractura en los principios de universalidad e igualdad que deben presidir el acceso a derechos fundamentales, como el del acceso a la sanidad. Esta medida unida a otras coloca al actual gobierno en la ola de otros países europeos de populismo y racismo institucional que dejará un rastro de excusión social y conflictividad que terminará “mojándonos” a todas y todos."

Donostia San Sebastian / Madrid 20 de abril de 2012

Volver a la misión





'Shemá Israel, Adonai elohenu, Adonai ehad...'

Cuánto sabe Dios lo tapado que tengo el oído. Quizá por eso me regala este verano repetir una experiencia en misión, esta vez en Egipto para que abra bien los ojos y nunca deje de dar gracias. 

 Escucha Lucía, escucha...

lunes, 23 de abril de 2012

El corazón de Jesús también late por vosotros



Hay un libro sobre la espiritualidad comboniana que leo saboreando casi cada párrafo: "El corazón traspasado del Buen Pastor" del padre Francisco Pierli. Por mí, transcribiría páginas enteras, pero como no puede ser, os dejo algunas pinceladas de las que estoy "gustando":

"¿Puede el espíritu y el corazón del misionero católico quedar abatido por las dificultades,por los desastres y los males? ¡Jamás! La Cruz es el camino real para llegar al triunfo. El Sagrado Corazón de Jesús, al que ha sido consagrado mi Vicariato, ha latido también por los pueblos de África Central y Jesucristo ha muerto en la Cruz también por los negros- san Daniel Comboni, 1878

No resulta difícil advertir que en el contexto comboniano la misión es la respuesta del Corazón de Jesús a la pobreza del pueblo. No sin razón, Comboni ha acuñado la frase "los más necesitados y desamparados", estableciendo una conexión inseparable entre misión y opción por los pobres: en el trasfondo de la misión está la situación humana, las necesidades espirituales y físicas, la esclavitud, el abandono, la desesperación, la falta de luz y esperanza cristiana de muchos grupos humanos. El objeto de la misión es claramente el bien integral de los pueblos, la liberación de los males que impiden un tipo de vida conforme a la dignidad de la persona, en un contexto de paternidad y de solidaridad universal en Cristo.

(...)

Los misioneros son los canales por los que Cristo da una respuesta a la sed de fe, de dignidad y de liberación de cada persona y de los grupos culturales. Se pone de relieve la situación de los pueblos en los que se perpetúa la esclavitud de Egipto; a éstos, Cristo les da una respuesta particular y única, y el movimiento misionero es la señal e instrumento. En esta perspectiva, que pone la misión en contacto con el corazón de Jesús, adquieren un relieve particular y un justo enfoque algunas indicaciones de la Regla de Vida como. el compromiso por los más pobres, la solidaridad con el pueblo, la liberación integral, la mentalidad ecuménica, el diálogo salvífico y la inculturación del mensaje.

domingo, 22 de abril de 2012

El miedo a la felicidad




'It turns out that no one can imagine what's really coming in our lives. We can plan, and do what we enjoy, but we can't expect our plans to work out. Some of them might, while most probably won't. Inventions and ideas will appear, and events will occur, that we could never foresee. That's neither bad nor good, but it is real. 

 I think and hope that's what my daughters can take from my disease and death. And that my wonderful, amazing wife Airdrie can see too. Not that they could die any day, but that they should pursue what they enjoy, and what stimulates their minds, as much as possible—so they can be ready for opportunities, as well as not disappointed when things go sideways, as they inevitably do.'


 El otro día, hablando con una amiga, dije con la mayor convicción del mundo "Yo he resucitado", así, como quien dice "me he ido a dar una vuelta al parque". Desde septiembre he pensado muchísimo en la muerte, quizás precisamente porque la vida se me hacía tan inmensa, tan ancha, tan hermosa que no he podido evitar compararla con los años en los que la vida era algo oscuro, estrecho, asfixiante, como si tragara aceite en vez de aire. 

También he pensado mucho acerca del tiempo que solemos perder hasta que nos decidimos abrazar aquello que nos hace felices. Esta amiga, muy sensatamente, me dijo que no hay nada que nos dé más miedo que,precisamente, vislumbrar nuestra felicidad. ¿Por qué? La verdad es que no logro dar con la respuesta. No sé qué nos da tantísimo miedo. 

Estamos agarrados con uñas y dientes a lo que tan afanosamente hemos construido, incapaces de abrirnos al día siguiente. Creemos que nuestra castillo de naipes es definitivo y (lo que es peor) el mejor de los mundos posibles. Si realmente fuésemos capaces de vivir nuestra vida como un asombroso milagro, tan frágil, tan breve, tan hermoso como una pompa de jabón, no dudaríamos tanto, no perderíamos el tiempo, no malgastaríamos ni un solo segundo en correr hacia la felicidad.

Tan felices con tan poco

sábado, 21 de abril de 2012

La misión es nuestra pasión


Para las Misioneras Combonianas, como para nuestro fundador, la misión es nuestra única pasión: ¡que Cristo sea anunciado y conocido para que el mundo viva en verdad y justicia!

Nuestra labor misionera es hacer lo que el pueblo que nos acoge necesita para su desarrollo humano-espiritual y material, a través de la promoción de la mujer; la formación de líderes; la pastoral sanitaria, educativa y catequética; la promoción de la justicia, la paz e integridad de la creación; la atención a la inmigración; la lucha contra la trata de blancas y la animación misionera en la Iglesia.

¡La MISIÓN es nuestra PASIÓN!

Resurrección es



"Ser feliz es encontrar la fuerza en el perdón, esperanza en la lucha, seguridad en el camarote del miedo, amor en el desencuentro. Y agradecer a Dios cada minuto por el milagro de la vida".

Fernando Pessoa


miércoles, 18 de abril de 2012

¿Testimonio es martirio?



Del 13 al 15 de abril, en Madrid, hemos participado como grupo comboniano al IX encuentro misionero de jóvenes promovido por la OMP. 

 Han sido varias las intervenciones. A mí, particularmente, me ha impactado el primer testimonio del padre blanco Miguel Larburu. Su testimonio tenía como título “Testimonio y misión”. Pero, según lo que ha vivido y contado, yo lo titularía TESTIMONIO ES MARTIRIO. Si, porque anunciar el evangelio es, en cierto modo, un morir a sí mismo para confiar sólo en Dios; es abrir el corazón y dejar que Él lo penetre y lo abarque todo. 

 Vimos la película “De dioses y hombres”, como parte importante de la intervención del padre Miguel, la cual, desarrolla muy bien el camino para llegar a ser un verdadero testigo…incluso, hasta a la muerte física. Empieza despacio explicando de donde nace este deseo, de mantenerse fiel al primer amor hasta dar la vida. En la película resuena una pregunta: ¿Cómo sabe uno que está verdaderamente enamorado y sobre todo cuando Dios parece permanecer en silencio? Y respondía el padre Luc, uno de los monjes protagonistas a la pregunta formulada: Nadie lo puede saber con certeza, pero nosotros tenemos que confiar y dejar espacio a Dios para que opere en nosotros y con nosotros. 

 Y siguiendo esta línea, así se desarrolla el proceso de este amor sin condiciones en los monjes. De las dudas, el miedo, y el pensar si vale la pena morir, se abre camino la idea de que marcharse de allí significaría abandonar, renegar a su promesa de Fidelidad a Cristo. Dice p. Christian: “Todos tenemos elección porque ninguno puede dar lo que no tiene”…pero ellos tienen una cosa importante: tienen a este Dios que empuja a tener esperanza y confiar hasta el final. 

 Con esta certeza, uno a la vez, recuerdan el primer amor que les hizo entregar su vida a Dios. Esto, asociado a lo que la gente ha visto en ellos (“Vosotros sois las ramas y nosotros los pájaros. Si os marcháis no sabremos donde posarnos”) deciden, todos juntos, quedarse con la gente, compartiendo la misma situación y esperando el martirio y viviendo la pobreza, el fracaso y la muerte como algo que conduce a Él.

 Todo esto, en la película, aconteció en el tiempo de Navidad. Por eso ante el Niño indefenso que nace en un pesebre han colocado todos los pobres del pueblo “desarmados” con la promesa de buscar “ser cuna” en la cotidianidad para todos y permitiendo, a ese Dios, nacer verdaderamente en cada uno de ellos para dar vida y esperanza.

 Con estos sentimientos concluí el día pidiendo al Señor el don de la fidelidad. Que una pequeña semilla de confianza brote también en mi vida y pueda crecer y desarrollarse en el camino de mi elección por Él.

Giusi, postulante comboniana

domingo, 15 de abril de 2012

La tristeza de los pobres




"Una de las grandes tristezas de los pobres (o de los excluidos) es el hecho de conocer a muchas personas que desean su bien, que intentan resolver sus dificultades materiales, pero que raramente...raramente los tienen por amigos"

Michel Collard-Gambiez

jueves, 12 de abril de 2012

Tiene que llover a cántaros



Tú y yo, muchacha, estamos hechos de nubes
 pero, ¿quién nos ata?
 Dame la mano y vamos a sentarnos
 bajo cualquier estatua
 que es tiempo de vivir y de soñar
y de creer que tiene que llover a cántaros.

 Estamos amasados con libertad, muchacha,
 pero, ¿quién nos ata?
 Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio,
 preparada tu marcha.

 Hay que doler de la vida, hasta creer,
 que tiene que llover a cántaros.

 Ellos seguirán dormidos
 en sus cuentas corrientes de seguridad.
 Planearán vender la vida y la muerte y la paz.
 ¿Le pongo diez metros, en cómodos plazos, de felicidad?

 Pero tú y yo sabemos que hay señales
que anuncian que la siesta se acaba
 y que una lluvia fuerte, sin bioencimas, claro,
 limpiará nuestra casa.


Hay que doler de la vida, hasta creer,
que tiene que llover a cántaros.

¿Me dejas?


miércoles, 11 de abril de 2012

La alegría de un Dios vivo



Durante muchos años en mi vida, escuché esa gran verdad que dice: “si quieres comprender la fe cristiana, tienes que vivir la Pascua”. Y qué sabios/as son aquellos que te lo dicen, y cuanto amor y cuanta verdad encierran esas palabras. Este año, aún comenzando con un poco de tribulación, me embarqué en una nueva Pascua.

 Como punto de partida dentro de mi rutina y con la esperanza, y creo que en cierto modo con la certeza (pues se que Dios no me falla) que el lunes de después ya no iba a mirar igual mi vida, y gracias a Dios así está siendo. Ya no lo veo igual. 

Muchas veces he esperado encontrarme con un Dios “superhéroe”, de voz fuerte que rasga el cielo y me revela la Verdad de mi vida en tan sólo una frase, para yo poder irme tranquila con esa “verdad” y con la papeleta resuelta para dedicarme a otra cosa, mariposa. 

Pero, Dios no suele hablar así. Y ¡gracias Dios por no hacerlo! Dios nos conoce, y sabe que de ese modo no se puede acoger bien su Palabra. Y de eso se trataba en estos días, de acoger en los puntos claves de la Semana Santa. 

Acoger en la diversidad, y vaya diversidad que Él sentó a su mesa un Jueves Santo, todos compartiendo desde la riqueza que aporta sentarte al lado de alguien especial y diferente, porque así Dios le ha ido formando. 

Acoger en el sufrimiento, pero no como un mero acto de flagelación carente de sentido. El sufrimiento forma parte de la condición humana. Somos maravillosamente frágiles y en esa fragilidad crece y aparece el dolor, como parte de esa humanidad. Cristo, asume esa fragilidad y por esa aceptación nos redime del sufrimiento como un fin en sí mismo. Transforma ese sufrimiento en lo que Él es, lo transforma en amor, perdón quería decir en Amor. Y ya nada vuelve a tener el mismo sentido, la cruz como símbolo de la muerte, pasa a ser un símbolo de Amor. Acoger en la esperanza. Y ¡qué bueno eso de la esperanza con los tiempos que corren! 

Tiene gracia, esperar a Cristo en el silencio, en el desierto. Qué complicado es permanecer un rato con una misma con el Señor mirándote a tu lado. Lo bueno del desierto, como decía el Principito, es que esconde un pozo de agua en cualquier lugar, y este pozo pueden ser unos ojos profundos en los que se vislumbra una vida, no os imagináis lo agradable y lo sorprendentemente esperanzador que pueden llegar a resultar unos ojos, ojalá nos mirásemos más a los ojos... 

O caminar como los de Emaús junto a un hermano con una vida tan lejana que asombra que al caminar entre el frío se te pueda hacer tan cercana y tan salvadora. O como lo que a tus ojos parece una historia común, y te enfadas con Dios por tu mediocridad, se transforma en una historia preciosa en boca de quien sabe mirar más allá de las palabras. Acoger en el silencio la esperanza de saber que Dios no murió y se quedó callado. Se hace larga la espera, pero juego con ventaja, sé que los silencios (desiertos) de Dios no son eternos y que mientras no decía nada, caminaba a mi lado. 

Y llega la noche, la vigilia; con los nervios de quien prepara una fiesta en su casa y quiere que todo el mundo esté a gusto, que todos tengamos velas, que no me olvide el cancionero… ¡Oh, vaya! Esto empieza y no me ha dado tiempo a “arreglarme”, -Da igual, a los ojos de Dios ya estás preciosa. Un pregón Pascual que te encoge el alma en la oscuridad, unas lecturas que suenan parecidas a las que un padre o una madre, escoge dulcemente para contarles a sus hijos/as la historia de su vida y de cómo les ha amado desde el principio. Y se hace la luz, y os aseguro que algo me sobrecogió el corazón. Esa especie de emoción que no sabes de dónde procede pero que te hace sonreír de un modo especial, con una alegría que pocas veces antes había sentido en mi vida. 

Y supe que no era un cuento. Que aquello era real, es real, porque sé lo que he vivido y se de quién me he fiado… Acoger la vida choca en un mundo y en un tiempo en el que lo único que se oyen son puertas cerrándose en las narices de quienes más lo necesitan. Pero Dios, afortunadamente decidió nacer, vivir, morir y resucitar en aquellos/ as que parecen los últimos/as, los olvidados y olvidadas de la sociedad, pero que para Él eran sus pequeñuelos y a los que tanto amor les profesaba. 

Desde el carisma de Comboni, viviendo esta Pascua con un grupo de africanos de diversos países, latinoamericanos, europeos, he podido sentir la alegría de creer en un Jesús que está vivo, está vivo porque baila, porque canta, porque se rie, porque te abraza… Un Jesús que acoge, que ama, que se alegra, que resucita cada día en el corazón de aquellos/as que comprenden que el Amor es su respuesta.

María de la Fuente

lunes, 9 de abril de 2012

El mismo Amor



Me dijeron que pasaríamos la Pascua con un grupo de jóvenes inmigrantes en un pueblo de Alcalá de Henares en Madrid con la familia comboniana y otros jóvenes de diferentes sitios de España. 

Yo soy de Barcelona y para mí esta Pascua significaba: en primer lugar desconectar del estudio, el trabajo y la rutina; en segundo lugar encontrarme con los/las jóvenes y hermanas combonianas con que camino a lo largo del año en Madrid; y por último descubrir qué nueva Pascua me esperaba este año, qué personas conocería y cómo me hablaría Dios. 

Una vez más, Dios me ha demostrado que me conoce, mejor que yo misma y que sabe lo que necesito. Ha sido una experiencia ENRIQUECEDORA en todos los sentidos que queráis darle. No solo por convivir durante cuatro días con personas de 12 nacionalidades distintas, con sus miedos, esperanzas e ilusiones, su fiesta y espritualidad que generosamente han compartido con el grupo, sino porque todo ello me ha movido por dentro. 

Las catequesis de los hermanos, hermanas, padres y laicos combonianos a lo largo de los cuatro días no se quedaban en meras palabras y teoría. Pudimos tocarlo en las visitas a las casas de la gente de la parroquia. Personas que nos abrían sus puertas para compartir con nosotros sus vivencias y situación personal… e incluso su fe. El tema de la Pascua: Acoger la vida. En cierta manera pensaba que la acogida sería por parte de los “españolitos”. Pero ¡Qué bueno sentirse acogida por ellos también! 

Todos teníamos ganas de expresar la alegría de sabernos salvados; y en la diversidad que aportamos CADA UNO, comprobamos el MISMO AMOR que Dios nos tiene. Lo importante es que, como decía, todo esto me movió por dentro. Me dio un nuevo impulso y ganas de ACOGER. Ganas de buscar al resucitado en mi día a día, en los sencillo y quizá no preocuparme tanto por realizar grandes actos heroicos. Últimamente es esto lo que me revela la Palabra, y es muy liberador. 

Al fin y al cabo no somos tan diferentes a los discípulos del Evangelio. Ellos tenían dudas, miedos, y muchas veces les costaba reconocer a Jesús . Pero allí estaban( aquí estamos) ÉL NOS QUIERE ASÍ. 

¡Qué Alegría! Verdaderamente ha resucitado, ¡¡¡Aleluya!!!

Lucía Fonts


jueves, 5 de abril de 2012

Voces entre las dos orillas



Los sueños, la nostalgia, el empuje, la ilusión y la valentía de las mujeres africanas que emigran.

Lo ha elaborado el equipo de Fundación Habitáfrica

martes, 3 de abril de 2012

¿Tú también vienes con nosotros?



Es una de las preguntas más provocativas que he encontrado en mi ministerio con los jóvenes. Se refiere no solo a los retos que la juventud del mundo ofrece, sino también a las expectativas de los jóvenes, de los nuevos compañeros. Dado que también yo soy todavía joven, conozco la importancia de formar parte de un grupo de la misma edad donde las cosas pueden suceder en el modo que a nosotros nos gusta. La pregunta ‘¿Vienes también tú con nosotros?’, es una invitación potente a formar parte de una aventura construida por la imaginación e iniciativa de los jóvenes.

No es la primera vez que me encuentro frente a esta pregunta en mi vida. Pero la he experimentado en un contexto distinto. En los primeros años de mi juventud me sentí particularmente atraída por la vida misionera. Cada vez que me encontraba con alguna misionera de regreso a España, mi Madre-tierra, no podía estar en paz, porque en mi corazón sentía resonar la pregunta: ¿Vienes tú también con nosotras? Esta era una llamada a unirme a las misioneras en su compromiso de llevar la Buena Nueva a todos los pueblos. La Misión, como misión de Dios, me ponía una pregunta dirigida a mí, pregunta que me llevó algunos años, para aclarármela a mi misma y dar luego una respuesta. ¿Cómo podía, después de haber experimentado el amor de Dios y su salvación en momentos de crisis, estar en silencio y no dar una respuesta? En mí había un gran deseo de entregarme completamente a la Misión. Le di mi “sí” a esta llamada y entré con las Hermanas Misioneras Combonianas.

 He aquí porque ahora me encuentro lejos de mi País y de mi cultura, compartiendo mi vida con los jóvenes de la Diócesis de Mongu, en Zambia. Cuando fui enviada a esta tierra en el lejano 2005 la misma pregunta volvió a mi mente, y ahora está viva en el corazón de muchos jóvenes que he encontrado: ‘¿Vienes también tu con nosotros?’ Ha sido como una puerta que se ha abierto para mí y me ha hecho decidir dar comienzo a una nueva realidad muy diferente a la que había vivido en mi casa. Muchos jóvenes de mi Parroquia de Mongu todavía se maravillan y se preguntan, cómo es que una religiosa se mezcla y comparte con ellos.



La última vez que respondí que ‘si’ a la pregunta, los jóvenes había organizado un campamento de cuatro días cercano al río Zambezi. Como reacción a mi sí, recibí una sonrisa de mi joven interlocutor. Este signo significaba que tenía que bailar y cantar todas las noches, gozar de su drama-show, contar chistes, inventar juegos aptos para ellos. Esta es la vida de la juventud y en este modo particular de ser joven he encontrado la pasión por la misión, la misma pasión que me ha traído aquí.

 Los jóvenes tienen grandes iniciativas, y en un contexto cristiano come el de mi Parroquia de Mongu, el deseo de hacer conocer a los otros a Jesucristo, el Señor de la Vida, hace sentir la misión viva entre los jóvenes, En el centro principal de mi parroquia el grupo ejecutivo juvenil está muy atareado cada semana en preparar el programa dominical de compartir con los jóvenes de una de las cuatro comunidades rurales que están bajo la parroquia. Ciertamente hay jóvenes desventajados por el nivel de educación y por la pobreza, un tanto difundida, en las zonas rurales de Zambia. Transcurren la mañana y parte de la tarde con los jóvenes compartiendo un tema del programa catequístico u otros temas. Algunos de estos jóvenes líderes trabajan, otros estudian, otros más están sin trabajo, tienen que enfrentar grandes retos, pero comparten su fe en Cristo, son testimonios de una realidad que va más allá de la pobreza o la riqueza, de la alfabetización o educación.

 Uno de.los programas de los jóvenes que ha tenido éxito en la parroquia ha sido el de ‘Water and Fire’ – ‘Agua y fuego’, una serie de catequesis para jóvenes facilitada por jóvenes con una metodología creativa. Es parte de lo que llamamos ‘Youth to Youth Evangelization’ – ‘Evangelización de jóvenes a jóvenes, donde jóvenes se catequizan uno a otro, proclaman y enseñan la Palabra de Dios y se comprometen juntos por una vida cristiana más auténtica.


Otra iniciativa de los jóvenes es la ‘knocking door’ – ‘Llamando a la puerta’ - estrategia en las cercanías de la Parroquia. Jóvenes comprometidos visitan sistemáticamente una sección de la parroquia cada vez, para animar a los padres y familiares a permitir a sus hijos que participen en las actividades organizadas por ellos en modo de involucrarlos en la vida de la Iglesia. Los riesgos de estos jóvenes son muchos: droga, alcohol, prostitución los robos se han convertido en algo común en la ciudad de Mongu por la gran pobreza. La pregunta ‘¿Vienes también tu con nosotros?’ está ahora dirigida a sus amigos a través de un gesto de solidaridad. ¡Muchos de nuestros amigos habían esperado una invitación como esta!

No lo sabía cuando respondí la primera vez a la invitación de compartir con los jóvenes de mi parroquia que encontraría este espíritu misionero. Yo pensaba que era yo la misionera. En cambio he resultado un testigo y una compañera del Señor presente en las vidas de estos jóvenes líderes tan deseosos de implicarse en el servicio para la misión. ¿Puedo ser más bendecida que así?

Hermana Eulalia Capdevila

lunes, 2 de abril de 2012

Mi tierra, mi gente, mi vida



¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?
 Mi gente eres tú.

 El destierro y la muerte
 para mi están adonde
 no estés tú.

 ¿Y mi vida?
 Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?


Luis Cernuda

domingo, 1 de abril de 2012

Aplausos



Aplaudo a los que, como Jesús, dan la mano, dan la cara, dan esperanza, dan ánimos, dan alegría, lo dan...todo.
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