Este mes viajamos hasta Taiwán para escuchar el testimonio del P. Gerardo Oviedo, comboniano peruano, quien a pesar de la dificultad del idioma busca estar cerca de la gente.
Actualmente
somos tres padres en la comunidad:
Padre Adam (Polonia), cuida una pequeña
parroquia, San Willian, que originalmente surgió en una villa de leprosos, hace
muchísimos años, ahora esa parroquia, o la iglesia en sí, se encuentra en el
piso 9 de un hospital, en una de las áreas aún quedan algunos leprosos, pero no
son católicos. Los que participan más en la misa son algunas personas que viven
cerca, alguno de ellos migrantes chinos.
Padre
Margarito (Filipinas), lleva aquí desde hace 2 años, terminó su curso de chino y por
el momento me ayuda en la pastoral.
Yo, bien
arequipeño, jaja. Actualmente soy el superior de la comunidad y párroco de dos pequeñas
parroquias. Santa Ana, es la parroquia en la que estamos desde hace 8 años.
Queda en la periferia de la ciudad. En la misa dominical participan entre 30 a
40 personas. El distrito tiene más de 80 mil habitantes. Los miembros de la
parroquia son mixtos, es decir, hay taiwaneses, chinos, y aborígenes. Jóvenes
no tenemos, y niños tratando de hacer algo. Por el momento hay unos 5 que
participan seguido junto con sus padres.
San
María Vianey, es la otra parroquia que queda en el centro la ciudad. Es una
comunidad que estuvo sin párroco por más de un año y medio. El obispo nos pidió
que le demos una mano, así que estoy también allí de párroco desde diciembre
del año pasado. Se supone que será hasta mitad de año que el obispo conseguirá
otro padre, quien sabe. Es una parroquia en la que los miembros son taiwaneses
y chinos. En la misa dominical participan unas 40 a 50 personas. Al no haber
tenido sacerdote por más de un año, las personas no están acostumbradas a
participar de la misa diaria. A veces solo hay una sola persona que viene a
misa diaria. También estamos tratando de organizar la catequesis y otras
actividades así como la visita semanal a un centro de ancianos que está a unos
100 metros de la parroquia. Poco a poco.
A veces
es algo cansado ir de una parroquia a otra. Entre Santa Ana (donde vivimos)
hasta San Willian son 10 kilómetros. De Santa Ana a Vianey son 14
Kilómetros.
Padre
Adam usa bicicleta, no le gusta usar el transporte público o la motocicleta que
tenemos. Yo y P. Margarito usamos el transporte público o la Motocicleta.
Hay
misas diarias en las tres parroquias así como las misas dominicales. Es un
correr de un lado para otro.
Siempre
la lengua es un problema, pero nos hemos dado cuenta que lo más importante es
cómo tratas a la gente y qué tan cercano estás de ellos. Estoy muy feliz aquí,
ya son casi 9 años en Asia y de verdad no me veo en otro lugar que no sea aquí.
Abrazos.
Muchos cariños a todos.
Dios los
bendiga.
P. Gerardo Oviedo
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