domingo, 23 de febrero de 2014

La alegría vence al miedo



9:00 .Comienza el encuentro, el recibimiento de las misioneras Combonianas siempre es muy agradable, con una sonrisa y un abrazo, te hacen sentir como en casa. Creía que llegaba tarde pero cuál fue mi sorpresa que aún no había llegado los demás participantes, se van a retrasar un poco y mi oración preparada se tiene que posponer, “comenzamos bien…” pensé pero más adelante me daré cuenta de que si las cosas salen así es porque el Señor tiene otros planes para nosotros; debemos confiar en Él y ese es precisamente el lema de este encuentro: “¡Quién confía en sí mismo…confía en el mayor asno!” frase de S. Daniel Comboni.

La catequesis que nos prepara Silvia nos trae la Alegría “estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Fil 4,4) . Con esta catequesis aprendimos a darnos cuenta de que la alegría está dentro de nosotros. Proviene de la sensación de ser amado. Nace de apreciar el don de la vida. No hay nada más bello que ver una sonrisa, una sonrisa de verdad, de felicidad, de alegría auténtica y compartirla con los demás porque la alegría es fruto de la presencia de Dios que llena el corazón de la persona, por eso, debe de ser una de las características de la vida del cristiano. Continuamos con la Buena Noticia y finalizamos con un texto de nuestro Papa Francisco y otro de Comboni. 

Con toda esa alegría y a la vez paz interior, reflexionamos individualmente sobre lo que hemos leído. Estar solo, en silencio, interiorizando lo leído y reflexionando sobre ello es un momento mágico, donde siento que Dios me habla, me escucha y me entiende y yo también escucho qué cosas nuevas me quiere contar porque el Evangelio siempre tiene que ser una buena noticia, una buena nueva que recibir día a día.


Por la tarde recibimos tres testimonios muy completos:

1 – El P. Pepelu con su testimonio de Misión nos traslada a Sudáfrica y nos da una visión de esperanza y de cómo un pueblo llegó a unirse. Comienza por una aparte más informativa: las 11 lenguas oficiales que disponen, las tres capitales del país, materiales preciosos de los cueles son los mayores productores…y llegamos a parte interesante e importante: cómo fue el Apartheid, esa separación de razas (blancos, negros indios) que marcó durante años a todo un país y toda una comunidad que aún siendo mayoría se vio marginada y despreciada: los “no-blancos” como así les llamaban los blancos sudafricanos. Mandela con su esfuerzo y su lucha consiguió unir todo un país, blancos y negros donde todos pudieran vivir en armonía. Y lo grande fue que lo consiguió.

Las palabras del P. Pepelu son cercanas y muy claras, me quedo con este mensaje suyo: “Todo tiene que ver con la motivación. Si quieres hacer algo, llévalo a cabo, no dejes de hacerlo por miedo. Cuando algo te deja inquieto, eso es la llamada de Dios, y no podemos ignorarla”.


2- La Hna. AngeliqueNamaika (Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2013) nos deleita con su testimonio sobre cómo dedica su vida a atender a los refugiados, especialmente mujeres y niños, en la república Democrática del Congo. Lo que más nos sorprende y admira de ella es el sosiego con el que habla, la paz que transmite, nos hace ver que hay esperanza detrás de las penalidades y que por muy mala que se vea la situación, Dios siempre termina dándote una salida, un rayo de luz capaz de iluminar cualquier oscuridad.

3- Una joven participante en el encuentro, Aitana, nos cuenta su experiencia como cooperante en Jartum (Sudán). A veces una experiencia aunque sea de sólo 10 días, si es compartida con los demás, puede ser toda una lección de vida.



Llega la noche y con ella lo más esperado: La Vigilia. Momento de máxima serenidad, donde todo lo que hemos vivido a lo largo del día viene a tu mente en forma de palabras, imágenes, gestos…y tenemos la oportunidad de compartirlo o guardarlo en nuestro interior para seguir creciendo como personas, como misioneros, como seres humanos en comunidad.

“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos” Charles Chaplin. Con este textoComenzamos el domingo con la oración que había preparado el sábado, y como decía al principio de esta crónica, lo que tenía que haber sido para un día finalmente la Divina Providencia hizo que coincidiera en domingo con el Evangelio del día, que era el mismo de la oración: 

"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se salará? no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisada por los hombres. La luz del mundo. Vosotros sois la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos". 

Una vez más esta sincronía con Dios me demuestra que estoy en sintonía con él, que la sal y la luz del mundo podemos ser cualquiera porque Dios nos elige para ello, para que nuestra palabra sea acompañado de nuestro buen testimonio, llevar siempre a Cristo y darlo a conocer. 



El P. Juan Antonio Fraile se encarga del taller de la mañana, nos da a conocer un poquito más sobre Comboni y su amor por la Iglesia y el Papa a través de sus escritos. Comboni incansable en sus ideas sobre África, los africanos y la regeneración de África con África, mucho tuvo que luchar hasta lograr sus propósitos y sabía que lo conseguiría porque cuando las obras proceden de Dios, al final se llevarán a cabo; Comboni lo sabía y por eso confió en el Padre porque quien confía en sí mismo...¡confía en el mayor asno! 

Esta ha sido mi experiencia, mis pensamientos, mi vivencia del fin de semana, si quieres tener tú la tuya propia ¡bienvenid@ al próximo encuentro!

Gladys Gutiérrez Berciano

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