lunes, 8 de octubre de 2018

Haz a tu corazón... ¡Gritar misión!

Puedes leer este testimonio en su versión original, portugués, aquí.
 
Soy Rita Tomé Coutinho Fonseca Nery, de 17 años de edad, nací el 20/03/2001, en Matosinhos (Oporto) - Portugal. Soy estudiante en la escuela secundaria.

Siempre me ha gustado experimentar cosas nuevas, lo desconocido siempre me dio una cierta inquietud e ir al descubrimiento siempre forma parte de quien soy. Desde que recuerdo, siento como una fuerza, que no se explica, habitando en mí, como una semilla que había sido creada y está lista para fluir. Algo que me llamaba, pero que en aquel momento no lo entendía, algo invisible a mis ojos susurraba a mis oídos y yo no dejaba que se escuchara.

Cuando me inscribí a “Missão +”, experiencia de una semana en Camarate, un barrio de Lisboa, no sabía muy bien lo que era, tenía pocas referencias del proyecto. Iba a ser en una ciudad completamente nueva, en una congregación y un estilo de vida completamente desconocidos para mí. En mi cabeza, sabía que iba a ayudar y que iba a tener algunas misas y oraciones por el camino, ya que se trataba de un grupo religioso, misionero. 
Rita Nery
 Y fui... Sin percibir el impacto y la verdadera transformación que esta experiencia iba a ser para mí, FUI.

Muy pronto el primer día, a la llegada, fui muy bien recibida por el padre Carlos y por otros miembros del JIM, el sentimiento de acogida fue instantáneo en relación a todos y todas.

En lo que era nuestra rutina, cada día tuvimos momentos de oración (mañana y noche), teníamos el tiempo de convivencia cuando estaba organizado. Por la tarde, después del almuerzo, los platos lavados y tomado el café, íbamos en pequeños grupos a los diferentes barrios.

El primer día en los barrios de Camarate, nunca lo olvidaré… Las diferentes emociones que sentí me resultan difíciles traducir en palabras. El sentimiento de culpa, indiferencia y egoísmo cuando percibimos que no hay que ir muy lejos para sentir un choque de realidades, de plantearse que incluso a nuestro lado hay personas que no tienen las mismas oportunidades que yo, por ejemplo en el sentido de que siempre las he tenido y tengo, la pobreza con que viven y las dificultades que enfrentan. Nos hace realmente preguntarnos: ¿Qué injusticias son éstas?¿Qué olvido y abandonado por estas personas es éste? ¿Qué estoy haciendo para que esto cambie?

Pero, por otro lado, detrás de esta imagen creada a primera vista, un sentimiento de felicidad nos llena el corazón, la sonrisa de los niños, la alegría que contagia a estas comunidades, el orgullo con que nos cuentan sus historias y la fuerza de querer vivir que habla más alto y que nos hace mirar alrededor y decir: ¡ESTO ES DIOS Y ÉL ESTÁ AQUÍ!


"Aquellos que pasan por nosotros, no van solos, no nos dejan solos. Dejan un poco de sí, se llevan un poco de nosotros".
Dios siempre se encarga de dejar en nuestras vidas la gente que nos necesitamos cruzar, las historias que necesitamos conocer y los momentos que necesitamos experimentar, siempre en el sentido de aprender y/o enseñar algo crucial en nuestro caminar o en el caminar de alguien.

Para mí, esta enseñanza fue muy importante. A lo largo de esta última semana las dudas y los miedos que me llevaba, se fueron transformando en respuestas, barreras quebradas y/o en nuevas cuestiones. Los momentos de oración se convirtieron en puertas, las personas y sus historias se convirtieron en respuestas e inspiraciones.

Nunca viví una semana tan intensamente, nunca los lazos que se crearon fueron tan fuertes, hasta el punto de que ahora hablamos constantemente todos los días. Es hermoso percibir que todo esto es soportado por el amor, el amor de Cristo. 
¿Qué es más importante para mí?
¿Cuáles son mis miedos y barreras?
¿Cuál es mi vocación?
¿“Missão + 2018” acaba aquí?

Experiencia. Experimentar, no es algo pasivo, ni algo activo (cuando se habla de la construcción del propio ser), es algo transformador y que toca en el corazón de cada uno que lo vive.

“Missão +” es eso y toca de manera diferente a cada uno que la vive. En mi caso me tocó de una manera más espiritual; para otros compañeros el despertar de un compromiso social, y para otros descubrir lo mucho que queda por hacer.

Las preguntas arriba mencionadas marcaron mi “Missão +”. A eso han contribuido directa e indirectamente todos los que conmigo vivieron esta experiencia. Pude percibir que lo que me inquietaba, es nada más y nada menos que la llamada de Dios a comprometer mi vida.. Todos estamos invitados a hacer algo, algo que nos hace felices, y eso es Vocación. Yo aprendí a escuchar, aprendí a entender. No tengo más miedo, acepto mi misión. Y tú, ¿aceptas la tuya?

Con cariño y gratitud

Rita Nery

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