Postulantes combonianas: A la izquierda las dos de primer año, a la derecha las tres de segundo. |
El 15 de octubre por la tarde, hace más de un mes,
celebramos la entrada oficial al postulantado de Imma y Marcella. En esta
celebración sencilla pero muy sentida, expresaron su disposición a conocer más
a Jesús para seguirlo y a conocer el carisma y la espiritualidad que marcó la
vida de San Daniel Comboni. Él no tuvo otra pasión para vivir que llevar el
Evangelio al continente africano. Comboni
reconoció con profunda intuición que la mujer consagrada tiene una misión
particular para desempeñar en la evangelización: nos quería mujeres del
Evangelio, verdaderas madres de los africanos.
Se proclamaron lecturas significativas para ellas en este
momento de sus vidas y escogieron algún símbolo y canto que pudiera plasmar lo
que quieren ofrecerle al Señor haciendo este paso.
Como muestra, escuchemos a
Imma que nos explica porque escogió el fragmento del evangelio de Jn 15, 9-15:
“He elegido el texto de Juan porque deseo pedirle al Señor que mis raíces estén
bien arraigadas en este amor, en su amor, para aprender a amar como Él nos ama,
es decir, hasta el final. San Daniel Comboni quería a las Combonianas santas y
capaces. Yo no soy ni santa ni capaz, pero permaneciendo en su amor, será menos
imposible llegar a serlo.”
Escuchemos también a
Marcella que nos comparte el significado que tiene para ella la lectura del Dt
6, 4-9, es decir parte de la oración del Shemá:
“Es unos de los
primeros textos bíblicos que se fijó en mi vida: por un lado porque me habla
del deseo de Dios de estar siempre presente en las vicisitudes humanas, por
otro lado porque tuve la suerte durante mi permanencia en Roma, de conocer la
comunidad judía y compartir con ella mi crecimiento de fe. En ese momento
empezó mi deseo de conocer más en profundidad las religiones judía y musulmana.”
En esta celebración
también las más veteranas recordamos y dimos gracias a Dios por su paso en
nuestra vida y durante este primer año de postulantado y de llenarnos del deseo de
seguir adelante para continuar el camino comenzado.
Para concluir, nos
reunimos entorno a la mesa para disfrutar de la compañía de nuestros hermanos
combonianos con una “pizza internacional” y muchas risas.
Damos gracias al Señor porque su carisma hoy sigue vivo y
actual en la Iglesia y le pedimos que sostenga a Imma y Marcela en su camino de
búsqueda y discernimiento.
Comunidad del postulantado de Granada con las hermanas (de izquierda a derecha) Cidalia, Palmira y Marisela. |
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