Juba, 10 de julio de 2016
Creo que no deseo escuchar más bombardeos en mi vida. Ayer
por la noche un avión seguía sobrevolando, pero al menos no ha bombardeado. En
medio de la noche, hemos oído un rumor extraño, como de camiones transportando
material pesado. Sin embargo hemos conseguido dormir de algún modo. Ha llegado
la mañana y todo parecía tranquilo.
8:30 am: eucaristía en nuestra capilla. Había poca gente, al
mismo tiempo, se iniciaron bombardeos a distancia. El celebrante acortó la misa
y, al finalizar, la gente corrió a sus casas porque los bombardeos se
volvieron más fuertes y frecuentes y se oía el ruido de armas automáticas. Esto
ha seguido así toda el día. La gente dice que algo se está quemando en una
parte de la ciudad. También nos han informado de que una bomba ha caído sobre un
campo de personas desplazadas gestionado por las Naciones Unidas y muchas
personas han muerto.
La gente en aquel campo no tiene un lugar donde refugiarse,
nadie en Juba puede huir, estamos todos atrapados en nuestras casas. Las
tiendas están cerradas y las calles vacías.
Mientras os escribo un coche armado
está disparando y las repercusiones de sus disparos sacuden nuestra casa que, con lo vieja que
es, con todas sus grietas ya presentes en las paredes, no le hace falta mucho para ser derribada, aunque sea a por el temblor que causan las bombas.
No estamos solas. Mucha gente nos sigue llamando y
comparten lo que están viviendo y viendo y nos preguntan si estamos bien.
También estudiantes del Sur Sudán que estan en Uganda nos llaman y nos envían
SMS. Intentamos no usar mucho el teléfono ya que no hay manera de recargarlo. Se están verificando saqueos en algunas partes de Juba, en
particular a las tiendas que pertenecen a ugandeses.
Dicen que son tres ejércitos los que luchan por el control.
Las fuerzas gubernamentales SPLA, SPLAIO (la oposición) y otro grupo que apenas
ha emergido. Parece que la oposición ha tomado el control de una parte de la
ciudad, pero todo esto solo lo sabemos de oídas. Otras voces dicen que son Kiir
y Machar los que han perdido el control de sus ejércitos y que ahora lo guían
otros líderes. Solo Dios sabe lo que realmente está aconteciendo. Lo siento por
la gente sencilla. El personal del hospital desapareció para estar con sus
familias.
Hay helicópteros que están constantemente en movimiento y
esta mañana también pequeños aviones. Solo esperamos que la noche sea tranquila
y podamos dormir. No hay manera de procurar comida, la que tenemos es la que
debe durar. Además, cuando esta situación termine, pasará tiempo hasta que algún
camión de reabastecimiento desde Uganda o Kenia pueda llegar.
Mientras tanto rezamos. Rezad por la paz, para que las
muertes terminen y se vuelva a la normalidad. También nosotras empezamos a ser probadas
por la falta de sueño y lo continuos bombardeos; algunas veces esto provoca
nerviosismo entre nosotras. Esto no debería suceder, pero desafortunadamente
pasa cuando se está estresado.
Gracias por estar con nosotras en la oración. ¡Tenemos mucho
por lo que estar agradecidas!
Sr Evette, Misionera
Comboniana, Provincial de Sur Sudan.
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