El fin de semana 7-8 de marzo nos juntamos en Madrid el grupo Combojoven para nuestro encuentro mensual. Isa nos cuenta cómo fue.
El encuentro
de marzo se nos presentaba con una nueva faceta de la frase que llevamos
trabajando a lo largo de este curso: “Sé tú el cambio que quieres ver en el
mundo… desde la generosidad.”
Comenzamos
con una oración y un taller en el que las hermanas nos invitaban a reflexionar
sobre temas tan fundamentales como la educación y el analfabetismo, no solo el
que creemos que hay en los países menos desarrollados, sino el que nos rodea e
invade en nuestro día a día. Se trata de concienciarnos en que no solo sirve
enseñar, y mucho menos imponer nuestro saber, sino la forma de enseñar: “enseñar
aprendiendo”. Una de las partes más interesantes de este taller fueron las
historias reales de Pablo Freire y Hellen Heller (que, si no conocéis ya, os
invito a descubrir).
Foto de grupo |
El
testimonio de la tarde nos llevó a la República Democrática del Congo de la
mano del padre Manuel Torres. Me encanta ver cómo en cada relato de misión,
encuentro tras encuentro, conseguimos formarnos una imagen más clara de la diversidad
y riqueza de cada país del continente africano. La vida de todas estas personas
que nos los transmiten es también un tremendo ejemplo de generosidad pura.
Una de las
partes más impactantes del encuentro fue ver la película “La Buena Mentira”
(¡también una recomendación para estos días!). Cuenta la historia, basada en
hechos reales, de la llegada a Occidente de unos refugiados sudaneses que huyen
de la 2ª Guerra Civil de Sudán, los conocidos como niños perdidos de Sudán. Nos
impactaron mucho a todos las diferencias culturales que se hacen evidentes en
la película. Pero más allá de ellos, está la resiliencia, valentía y
generosidad de sus protagonistas.
Un momento de la oración |
La
catequesis del domingo fue el lazo final de todo el encuentro. A través de la
historia del joven rico, descubrimos la generosidad en Jesús. Ejerce esta
generosidad desde el respeto, abriendo la puerta sin obligarnos a cruzarla. Nos
pide confianza, por que lo que damos lo recibiremos multiplicado por 100. Nos
cuestionamos esta generosidad cada uno personalmente, ¿son realmente mías mis
cualidades y mis dones? ¿o debería ser generoso y humilde porque todo se lo
debo a alguien?
Mirando
atrás hacia ese último encuentro, solo puedo sentir gratitud y felicidad. Sobra
decir que, en el encuentro a principios de marzo, la situación que estamos
viviendo actualmente no se veía venir en absoluto. Fue un encuentro feliz y
sencillo, como es nuestro grupo. Estoy muy muy agradecida por haber podido
disfrutar de él en plenitud y con personas tan increíbles que forman esta
pequeña familia. Es ahora cuando me doy cuenta de la suerte que tenemos todos y
todas de tenernos. Es ahora cuando me doy cuenta de que vuestra generosidad y
alegría habitual es extraordinaria. Es ahora cuando empiezo a valorar (aún más)
esta suerte de tenernos. Así que me despido con un hasta pronto, aunque sigamos
unidos en la oración. Ahora más que nunca: Si quieres llegar rápido, ve
solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado.
Isa Cerezo
Segunda foto de grupo |
gracias por su valioso testimonio, unidos en oración, también en trabajo con la pastoral juvenil comboniana en el Perú
ResponderEliminarHola Rodrigo. Gracias por tu comentario, seguimos unidos en la oración y en el trabajo de pastoral juvenil
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