Una de las etapas del camino Verona-Limone |
El discernimiento no tiene sentido sin confianza. Sin confiar, discernir se complica todavía (¡todavía!) más. La confianza es algo recíproco: tú confías en Dios pero Él también confía en ti para llegar a ese sueño que te tiene preparado. Ese es el reto, no sólo confiar sino confiar con paciencia, con alegría y con amor.
"Tú confías en Dios pero Él también confía en ti" Cruz en la subida al Santuario Madonna della Corona |
A lo largo de la peregrinación, la alegría y la confianza salían solas. Estábamos en familia, en sintonía, en armonía. Aquí te quieren sin importar tu nacionalidad, tu edad, tu idioma o tu vocación. Te quieren simplemente por ser tú, igual que te quiere Dios. Te quieren como si cada día fuera tu cumpleaños. Cada etapa, cada parada, cada abrazo de bienvenida y cada palabra de ánimo ha sido única. He redescubierto la ilusión y la alegría de ser amada por todos y por Dios.
Sin embargo, tras la Transfiguración, hay que bajar de la montaña y volver a la realidad. Nuestra misión no acaba en la entrada de la casa de Comboni en Limone. Empieza ahí, dónde comenzó él. Nuestra misión continúa y consiste en llevar esa alegría con confianza al resto de España, Italia, Polonia, Europa, África y el mundo entero.
"La alegría y la confianza salían solas" Momento de canto en una de las Eucaristías en el camino |
Isa Cerezo
Foto de grupo en Limone |
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