El fin de semana del 16-17 de febrero tuvimos una vez más el encuentro de Combojoven, esta vez en Madrid. El tema de esta vez era: "Llamados a acoger la alegría del evangelio en relación"
No llegué a la oración de por la mañana ni al testimonio, pero después me uní al taller. Nos entregaron un texto a partir del que pude sacar la frase que para mí fue la más importante del encuentro: "Dios es amor al que sufre". Es muy simple, pero para mí significó la base del encuentro. Como el texto era largo, lo dividimos en dos y entremedias tomamos el almuerzo. Como siempre fue un rato de disfrutar, hablar y conocernos más. Ratitos como ese son los que hacen que en cada encuentro sientas a los demás más cerca, más familia. Después de leer 45 minutos más, bajamos a comer. Las comidas allí son especiales, al ser los encuentos de mes a mes ¡tienes que aprovecharlas para ponerte al día con todo el mundo!
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| Foto de grupo del encuentro de febrero |
Al terminar de comer tuvimos un rato libre en el que quien quería podía utilizarlo hacer el acompañamiento. Sobre las 16:30 volvimos a reunirnos y pusimos en común todo lo que habíamos subrayado, reflexionado o no entendíamos sobre el tema. Después de la cena, tuvimos la oración. En este caso, tuvimos la suerte de leer varios testimonios de laicos y laicas combonianos que contaban sus experiencias.
El domingo después de desayunar empezamos, como siempre, haciendo una oración. En ella nos pedían que pensásemos en alguien o algo que nos acercase a Dios. Fue un momento muy bonito en el que compartimos cada uno qué es eso que hace que no nos olvidemos de Dios en nuestro día a día.
A esto le siguió la catequesis, en la que Asmeret nos puso dos vídeos de la vida de Comboni y después leímos un fragmento de su libro, "Escritos". Reflexionamos sobre aspectos en los que en esa ocasión sus acciones nos recordaban a las de Jesús. A continuación nos dividimos en grupos para preparar la misa que iba a poner fin a nuestro encuentro "oficialmente".
Cada encuentro es especial, en cada uno me uno más a personas distintas, conozco a gente maravillosa y salgo cada vez más feliz de sentirme parte de esta familia tan bonita.
Cristina Fernández
El domingo después de desayunar empezamos, como siempre, haciendo una oración. En ella nos pedían que pensásemos en alguien o algo que nos acercase a Dios. Fue un momento muy bonito en el que compartimos cada uno qué es eso que hace que no nos olvidemos de Dios en nuestro día a día.
A esto le siguió la catequesis, en la que Asmeret nos puso dos vídeos de la vida de Comboni y después leímos un fragmento de su libro, "Escritos". Reflexionamos sobre aspectos en los que en esa ocasión sus acciones nos recordaban a las de Jesús. A continuación nos dividimos en grupos para preparar la misa que iba a poner fin a nuestro encuentro "oficialmente".
Cada encuentro es especial, en cada uno me uno más a personas distintas, conozco a gente maravillosa y salgo cada vez más feliz de sentirme parte de esta familia tan bonita.
Cristina Fernández
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