Kalei wanakkam!! O lo que
es lo mismo, Buenos días, en lengua tamil.
Me
llamo Beatriz, soy Comboniana, madrileña y misionera en la República Democrática Socialista de Sri Lanka,
una isla del Océano Índico separada por poco más de 50 km del Sureste de la
India. Desde Marzo de 2012, las Misioneras Combonianas estamos presentes en
este país con una comunidad en Talawakelle, una pequeña ciudad en la provincia
central del país, rodeada de montañas y plantaciones de té.
La población Tamil en la
región donde nos encontramos, tiene sus orígenes en los esclavos que los
británicos trajeron desde el Sur de India en el s. XIX para trabajar en las
plantaciones y es la más pobre y desfavorecida del país. Son mayoritariamente hindúes y cristianos.
Tras una Guerra Civil que durante veintiséis años los enfrentó a los Cingaleses, etnia predominante y de religión
budista, nueve años de paz no han sido suficientes para recuperar un clima de
total y pacífica convivencia. Los Tamiles, perdedores del conflicto,
siguen siendo considerados ciudadanos de segunda clase, con derechos
restringidos y condiciones laborales que en muchos casos, como en las
plantaciones (ahora en manos de población local), rozan la esclavitud.
En la actualidad, somos
cuatro combonianas: de Polonia, Guatemala, Eritrea y España. El mero hecho de
vivir como hermanas, teniendo orígenes tan diversos, ya es un signo para este
pueblo, mostrando que es posible vivir en paz y armonía reconociendo la belleza
y la riqueza de lo diferente. Todas trabajamos en St. Patrick's College, un
colegio concertado, con más de 500 alumnos entre los 6 y los 18 años. El obispo
así nos lo pidió, por la escasez de profesorado en la zona y por la capital
importancia de la educación en el proceso de reconstrucción del país. Sólo las
nuevas generaciones de jóvenes srilanqueses, -cingaleses y
tamiles-, que crean y hagan vida valores como el diálogo, la paz, la justicia,
la fraternidad, la libertad, la entregada desinteresada y libre de la vida por amor
a los demás, podrán hacer de Sri Lanka un país reconciliado con su pasado de
guerra. Y en esa tarea estamos, ¡poniendo alma, vida y corazón en esta tarea
del Reino!
En el colegio, siendo
católico, más del 50% del alumnado y del
profesorado es hindú y la convivencia, el respeto y el cariño entre las dos
distintas religiones es algo que ni se piensa, que “sale solo”. Los recursos
económicos son muy limitados, el número de profesores es reducido y poco
cualificado y las clases están saturadas. Pese a todo, el deseo de aprender por
parte de los chavales y la creatividad, responsabilidad y buen hacer de los
profesores, obra verdaderos milagros. En 2016 abrimos en el colegio la primera
clase bilingüe Tamil-Inglés. Ahora ya son tres y el número de solicitudes de
admisión sigue creciendo. Con esta opción, los chavales tienen muchas más
posibilidades (gracias al inglés) y no renuncian a la riqueza de sus raíces
culturales tamiles. Soñamos con que algún día estos jóvenes hindúes y
cristianos, puedan ser los líderes que ayuden a caminar y crecer a sus
comunidades, Salvando Sri Lanka con Sri Lanka, que diría S. Daniel
Comboni.
Además del colegio,
colaboramos en nuestra parroquia, St Patrick, por medio de la catequesis
y del acompañamiento pastoral a los ancianos y enfermos. A pesar de ser una
minoría, la comunidad cristiana de Talawakelle es numerosa y muy activa y se
encuentra diseminada en más de ¡cuarenta asentamientos dependientes de una sola
parroquia!
Añadido a todo lo
anterior, seguimos estudiando Tamil que es una lengua bellísima, riquísima, dificilísima e indispensable para
compartir la vida con este precioso pueblo al que Dios nos ha llamado.
El 19 de Agosto cumplí mi
primer aniversario aquí, en este rincón de Asia que en belleza se asemeja al
paraíso y que necesita de much@s obrer@s
disponibles a trabajar por la mies del “Amigo”. Nuestra vida en la
Tierra es finita, por eso hay que darle color, sentido, ¡hay que hacer que valga
la alegría! Claro que antes de ser Comboniana era feliz y mucho. ¡Pero
ahora lo soy mucho más! La razón de mi alegría es Cristo, su Reino y sus
favoritos, lo más pequeños. Y por Él y los suyos ¡yo me la juego! Porque esta
vida, la misionera ¡VALE LA
ALEGRÍA! ¿A qué esperas?
Un abrazo grande con muuuucho cariño “Bea” Galán Domingo
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