30 de Agosto de 2017
Anoche decidí comenzar a escribir.
De momento, no tengo nada especialmente significativo para compartir,
sin embargo, siento la acuciante necesidad de recoger por escrito lo
que voy viviendo en esta misión de Talawakelle (Sri Lanka) donde Dios
me ha querido traer. Creo que la razón de este sentir es el miedo a
perder lo vivido, el temor a que un día mis recuerdos sean difusos o
mis palabras inconexas y esta experiencia se pierda en el olvido.
Llegué a Sri Lanka el sábado 19 de Agosto. Debería haber sido antes
pero el vuelo de Madrid salió con dos horas de retraso (quién sabe si
por los ataques de Barcelona) y perdí la conexión en Doha, Qatar. No
hay mal que por bien no venga; las 10 horas que tuve que esperar al
nuevo avión se hicieron mucho más llevaderas en el hotel de cinco
estrellas que la compañía aerea qatarí puso a mi disposición. No es
mala manera para comenzar una misión.
Aterricé en el aeropuerto de Colombo el sábado 19 a las 2 de la
madrugada; con falda, velo y pasaporte en regla para poder entrar en
"la tierra prometida".
Sister Annia me esperaba con alegría, a pesar
de las horas intempestivas. Sólo faltaban cuatro horas y media más de
camino para llegar a Talawakelle. Llegamos al amanecer. Una casa
verde, sencilla por fuera y por dentro. Tierra roja, la escuela justo
en frente, y una gran sonrisa en el rostro keniata de Sister Nelly.
Estaba en casa.
El sábado dormí casi todo el día. Sólo los golpes de martillo de los
trabajadores que andaban reparando la casa me sacaron de mi letargo.
Por la tarde, breve reconocimiento del lugar: la iglesia, los padres,
la casa y las hermanas de la Holy Family, nuestras vecinas.
El domingo, Eucaristía a las 10.00. La iglesia, un antiguo salón de
actos, estaba abarrotada de gente, no cabía un alfiler. Annia y yo
llegamos con el tiempo justo y tuvimos que sentarnos en el último
banco. La misa fue larga y en tamil. Gracias a Dios y a los
liturgistas, el rito, es rito, por lo que si bien no entendí una
palabra, al menos pude seguir la Eucaristía. El Evangelio de ese
domingo era el de Mateo 15, 21-28, la mujer cananea con la hija
endemoniada. ¿Qué querías decirme? A mi me sonó a consejo de
bienvenida: Ama como madre; no desfallezcas, insiste y confía en mí.
A la salida, ojos brillantes y manos juntas me daban la bienvenida:
"Zostran sister, God bless you".
Presentaciones con nombres que no sé cómo voy a hacer para recordar y
niños curiosos al ver una mujer con zapatos de cordones.
La primera semana ha transcurrido veloz. Viajes a Kandy y Colombo para
poder obtener la visa de residencia por un año. A pesar de no ser
grandes distancias, la compleja orografía de la zona (montaña
tropical) y la austeridad de los autobuses (no diseñados para portes
hercúleos como el mío) hicieron los viajes eternos. En cuatro días,
pasamos más de 25 horas dentro de un autobús; las restantes, en
oficinas urbanitas donde la globalización de la burocracia hace
inmortal el acertado "vuelva usted mañana" de Larra. He de decir que
Colombo me impresionó por sus enormes dimensiones, por la cantidad de
gente que alberga y por el armonioso caos de su tráfico en el que
autobuses, coches y triciclos invaden carriles a golpe de claxon sin
que nada pase.
Hoy es miércoles. Esta semana, ya más asentada física y mentalmente,
he empezado a estudiar la geografía, la historia y la cultura de este
país. Como buena comboniana "benedictina", combino el "ora et labora"
echando una mano con la cocina, dado que Annia ha empezado las clases
y Nelly anda con las obras de la casa.
Beatriz Galán, misionera comboniana
Nota: Sri Lanka es una isla rodeada por el Océano Índico, situada al Sureste
de la India. Tiene una extensión de unos 65.610km2 aprox. y una
población que ronda los 21 millones de habitantes. La mayoría de la
población pertenece al grupo étnico singalés (un 75% aprox) seguido
por la minoría tamil (11%) y otros grupos menos significativos.
Nuestra misión se lleva desarrollando cinco años junto a esta minoría
tamil.
Indios, griegos, persas, árabes, portugueses, holandeses y británicos
pasaron por esta perla del Índico,que un día fue conocida como Ceylán.
Desde 1948 fue dominio independiente y en 1972 se convirtió en una
república. Actualmente, su nombre oficial es Democratic Socialist
Republic of Sri Lanka y tiene un régimen político de república
constitucional unitaria y semi-presidencial.
Muy Bien, Bea. Me alegro de saber de tus andanzas misioneras. Que te vaya muy bien, seguro que El Señor Jesús ya te estaba esperando por ahí. Un abrazo
ResponderEliminarantonio villarino
Ola Beatriz, já chegaste na perola do Indico? Coragem para a tua primeira missão. Um abraço grande.
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