lunes, 29 de junio de 2015

¡Hemos llegado!


¡Hemos llegado!

No podía haber un lema mejor para este encuentro que cierra el curso 2014-2015. Algunos llegaban por primera vez y otros llegábamos después de un largo camino pero todos con la misma ilusión; porque no hay un solo encuentro igual al anterior.

El sábado por la mañana, después de la oración, Silvia nos tenía preparada una gran sorpresa. Con un mapa, unas imágenes y unas metas volantes, íbamos a pasar esa mañana recorriendo las calles de Granada. Pero… ¡Atención! Con una meta común: El mirador de San Nicolás.





Al acabar nuestros recorridos personales, compartimos nuestra experiencia con los demás. Las conclusiones que surgieron en general fueron las siguientes: Si estamos atentos al paso de Dios en lo cotidiano, en las personas que nos encontramos, en el PRESENTE, podemos sorprendernos y encontrar a Dios vivito y coleando. Lo único que hace falta es abrir los ojos, todos los sentidos y el corazón para reconocerlo. Las prisas y los afanes de nuestro mundo no facilitan que demos espacio a Dios, que le dejemos ser dueño de nuestro tiempo, de nuestras actividades, de nuestros proyectos… Es importante ser consciente de esto para poder estar alerta ante estas tentaciones.

Por la tarde escuchamos el testimonio de Ana, una laica que ha estado en la misión de Pamplona Alta en Perú. Su alegría y su pasión por el pueblo y las misioneras con las que compartió su tiempo y trabajo allí nos dejaron a todos boquiabiertos, pero sobretodo el conocer las situación denigrante e infrahumanas a la que se tienen que enfrentar las personas del poblado de chabolas de la Nueva Rinconada y como son capaces de resurgir de sus cenizas y tratar de mejorar sus vidas día a día.



Con Perú en el corazón fuimos a misa a la parroquia donde han participado durante todo el año las postulantes Melin y Eleonora. Ellas animaban, junto con el grupo del coro, la eucaristía de fin de curso de la parroquia. Después de la misa, compartimos un buen rato de fiesta con su gente.

En la eucaristía Jesús nos hacía esta invitación: “Vayamos a la otra orilla”. De la misma manera el matrimonio laico misionero comboniano Alberto y Mari Carmen el domingo por la mañana nos invitaron a ser valientes y a responder un “Sí” cada vez más grande, más amplio…Pero hay que saber que para eso a veces hace falta saltar. Dar un salto y dejar atrás seguridades, proyectos y abrirnos a la sorpresa, a la acción de Dios en nuestras vidas a través de nuestro Sí a la VIDA.



¿Podía haber sido un fin de semana mejor? Para mí no.

Gracias Dios de la Vida por tu Espíritu que sopla siempre con tanta creatividad.

Gracias por tu confianza en nosotros, que es infinita.

Lucía Fonts


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