viernes, 13 de marzo de 2015

Únete a nuestra oración



Este domingo es el día del  nacimiento de Daniel Comboni, y como bien sabéis, es el año de la Vida Consagrada, propuesto por el Papa Francisco.

Las misioneras combonianas, a nivel europeo, nos proponen un rato de oración por todos los consagrados y consagradas, en concreto, los misioneros y misioneras que ya son o están en camino.

Se trata de sentirnos en comunión con tantos jóvenes de Italia, Portugal, Reino Unido, España, y otros lugares del Mundo que el domingo 15 de marzo, la usarán como nexo de unión y oración. 

Comboni decía: ” La Omnipotencia de la Oración es nuestra fuerza”. Pues hagamos fuerza uniéndonos en oración.

Que cada uno elija el momento del día que mejor le venga, lo importante es sentirnos pequeña luz que, junto a tantos jóvenes en ese mismo día, quieren formar parte del gran fuego del Espíritu Comboniano. 

¡Contamos con cada uno de vosotros y de vosotras! 

¿Te arriesgas…?



Este 2015 es para la Iglesia un año especial, ya que Papa Francisco ha querido dedicarlo a la Vida Consagrada. La vida consagrada es, efectivamente, una llamada constante a seguir a Cristo y a imitarlo, donde la iniciativa siempre es de Dios, haciéndonos ir adelante y ayudándonos a que sea Cristo el centro de nuestras vidas. Cuando permitimos que Cristo sea nuestro centro, entonces la vida se descentra y se abre a los demás.  Sabemos que la vida con Jesús se hace más plena y es más fácil el encontrarle sentido a cada cosa.

Silencio…

Esa fue la experiencia de Marta, María y Lázaro cuando acogieron a Jesús en su casa, como EL QUE TENÍA QUE VENIR, dando lo mejor de ellos y dejando que su perfume impregnase toda la casa. A eso estamos llamados todos los cristianos y en especial la vida consagrada a que nuestro perfume se expanda por todo el mundo.

Evangelio: Jn 12, 1.8

Seis días antes de la Pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los mImagen2uertos. Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.

Uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entrega, dijo: ¿Por qué no fue vendido este perfume por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.

Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis.

 Silencio…. 



Salmo de unción

Unge mi cabeza para que todos mis pensamientos
broten de la fuente  de tu ser
para que me llene de tu gracia y de tu paz.
Unge mis ojos para que pueda ver claramente
tu Presencia y Providencia

Unge mis oídos para que pueda oír
el clamor de los pobres y el susurro de tu Palabra.
Unge mis labios para que pueda anunciar
la Buena Nueva allí donde me encuentre.

Unge mis manos para curar y afianzar
tantas vidas quebradas.
Para que pueda hacer el bien
Y dar esperanza allí donde se necesite.

Unge mis pies para ir al encuentro de mis hermanos.
Unge mi corazón con el fuego de tu amor
Para que pueda ser signo de compasión y de misericordia,
ante la necesidad de mi prójimo.

Unge todo mi ser, para que sea templo de tu espíritu,
y con mi vida pueda testimoniarte.



Comboni quería que sus misioneros fueran portadores de luz  para los pueblos de África, pero sabíamuy bien que para eso tenían que estar en comunión con el centro: Cristo. 

 “Este Instituto se vuelve por ello como un pequeño Cenáculo de Apóstoles para África, un punto luminoso que envía hasta el centro de la Nigricia tantos rayos como solícitos y virtuosos Misioneros salen de su seno. Y estos rayos, que juntos resplandecen y calientan, necesariamente revelan la naturaleza del Centro del que proceden”. (Escrito de Comboni).

Comboni  conocía la realidad africana y era consciente de la necesidad de misioneros y misioneras santos y capaces, es por eso que insistía constantemente en ello: 

“Usted siga haciendo como hasta ahora, y como es su deseo, porque yo conozco bien y profundamente su espíritu y su intención: formar elementos santos y capaces. Lo uno sin lo otro vale poco para el que sigue la carrera apostólica. El misionero y la misionera no pueden ir solos al paraíso. Solos irán a la perdición. El misionero y la misionera deben ir al cielo acompañado de las almas salvadas. Y ante todo, han de ser santos, o sea, completamente ajenos al pecado y a la ofensa a Dios; y humildes, eso no basta: necesitan tener caridad, que es la que los hace capaces”. (Escrito de Comboni).

De esa formación salieron las primeras Combonianas de las que Comboni se sentía verdaderamente orgulloso porque eran la imagen de las mujeres del evangelio:

“Si no tuviese un fárrago de ocupaciones, me gustaría darle una idea del apostolado de estas Hermanas, verdadera imagen de las antiguas mujeres del Evangelio. Con la misma facilidad con que enseñan en Europa el abecedario a la huérfana abandonada, afrontan en África Central viajes de meses y meses bajo 60° Réaumur; atraviesan desiertos en camello, y montan y dominan el caballo; duermen al raso bajo un árbol o en el rincón de un barcucho árabe; desafían al beduino armado; reprochan el vicio al hombre inmoral; consiguen que la amancebada haga penitencia; asisten al soldado en el hospital; reclaman justicia de los tribunales turcos o de los Bajaes en favor del infeliz y del oprimido; no temen a la hiena ni el rugido del león; y arrostran todas las fatigas, los viajes desastrosos, hasta la muerte, por ganar almas para la Iglesia y corresponder con sus fuerzas, con su milagrosa debilidad y con su vida a ese Corazón que ignem venit mittere in terram”. (Escrito de Comboni).




Reflexión personal…
Padre nuestro…

Oración final

Virgen y Madre María,tú que, movida por el Espíritu,acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe,totalmente entregada al Eterno,ayúdanos a decir nuestro «sí»ante la urgencia, más imperiosa que nunca,de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el evangelio de la vida que vence a la muerte.Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos ara que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga.

Estrella de la nueva evangelización,ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,del servicio, de la fe ardiente y generosa,de la justicia y el amor a los pobres,para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.

Amén.

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